Llega una de las épocas más alegres del año, la Navidad. Las calles se llenan de luces de colores, los niños cantan villancicos, los turrones y mazapanes exilian a las verduras de la despensa y todo el mundo tiene unas irrefrenables ganas de querer a los demás como si no hubiera un mañana. Es por eso que se celebran un promedio de dos millones de cenas y comidas navideñas por invdividuo y todo el mundo está loco por hacer regalos (los que se hacen de verdad, no por compromiso).

Desde el inicio de los tiempos, se tiene detalles con la familia. Un muñeco de Turboman para el sobrino pequeño, una corbata para papá y unos Swarovski para mamá. Pero, de un tiempo a esta parte se han dejado a un lado los vínculos familiares y se ha pasado a regalar con independencia del lazo de unión. Para que esto sea, además de un bonito detalle, algo peculiar y diferente se regala sin que el destinatario conozca de quién procede su obsequio. Amigo invisible lo llaman.

Esta forma de regalar, asentada en España desde hace varios años, comenzó a darse entre los compañeros de trabajo. Las comidas de empresa sirvieron de conejillo de indias a eso de regalar sin decir que se regala. Después se unieron los grupos de amigos, que se quieren mucho, pero su economía no da para convertirse en Los Reyes Magos dos veces en un mes. Con ellos se desvirtuó un poco el concepto. Los regalos mantenían el toque sentimental, alguno lleva regalando el mismo marco de fotos desde el 98, pero se les añadió un pequeño punto gracioso. Así fue como el amigo invisible se convirtió en una manera de ser detallista y sacar el lado gamberro del que regala.

Ya sea en la empresa, con los amigos o incluso con la familia (hay algunas que son tan grandes que regalar a todos los miembros implica tener que vender un riñón en el mercado negro), los amigos invisibles están más de moda que nunca. Así que, con todo un mes por delante, no hay que dejar escapar la oportunidad de tener un detalle con la gente a la que se quiere.

En el universo amigo invisible hay todo tipo de regalador y regalado. Los hay clásicos, a los que les gusta regalar gorros, guantes y bufandas. Para que éstos se renueven un poco, pueden dejar a un lado el típico gorro de punto y cambiarlo por uno de pelos, algo más sofisticado. Eso en el caso de las chicas, si hay que regalar a chicos recurrir a las tan de moda pajaritas es un acierto seguro. Y más si están elaboradas en uno de los tejidos estralla de la temporada, el terciopelo. Alguna pulsera de cuero también puede ser una buena opción.

Si lo que se buscan son regalos prácticos, pero con un sello personal, han irrumpido en el panorama detallista las libretas con mensaje. Además de facilitarle al amigo invisible la vida a la hora de apuntar cosas, se le regala una frase que le motive o le haga sonreir. Siguiendo la línea de los mensajes motivadores, las tazas, fundas de tablets, agendas y hasta cuelgabolsos ofrecen un amplio abanico de regalos. "Vive con alegría", "Tú puedes con todo", "Cuando necesites una mano te echo tres", son algunos de los más utilizados y con los que mejor se puede quedar con el amigo invisible.

Pero, si lo que de verdad se quiere es ser original y que el amigo invisible quede impactado, hay que recurrir a regalos con un toque de humor. Zapatillas de muñecos divertidos, con Homer Simpson o los archiconocidos Minnions, kits para preparar gin tonics que parecen salmorejos, packs para una noche de desenfreno y posterior arrepentimiento, pastillas para días duros de trabajo o sudokus en soportes de dudosa procedencia. Todo eso, además de alegrar al que lo recibe y no suponer un desembolso económico muy grande, hace que los que están presentes en la entrega de regalos pasen un buen rato de risas. Y, en definitiva, el amigo invisible sirve para eso, pare reunir a los que se quieren y compartir un rato de risas en el que lo que menos importa es el dinero que uno se gasta, sino la intención con la que se hace el regalo.