Fórmula 1

Los viernes al sol

  • La 'Alonsomanía' llevó a casi cuatro mil aficionados a disfrutar ayer de una jornada primaveral en el autódromo jerezano · El precio de las entradas facilita el respaldo

Sol de Andalucía embotellado. Casi embotellados también en los accesos, porque de nuevo al reclamo de la ‘Alonsomanía’ la afición invadió el Circuito de Jerez. Sin exagerar, los casi cinco mil -el jueves hubo más peña- son una cifra a tener en cuenta para tratarse de unos entrenamientos de pretemporada en los que se ve a cinco monoplazas pasar por delante como centellas, vueltas al libre albedrío de cada uno y sin más referencias que el sonido de los motores.

Pero se junta la hambre con las ganas de comer: hay afición al motor -muchos de los que había ayer en la grada son más moteros que cocheros- y hay paro, mucho paro. En Jerez y en Andalucía, porque hasta el trazado de la carretera de Arcos se acercan, además de los invitados Vips que llegan en avión o en AVE, muchos curritos que piden -o se cogen- o tienen el día libre -y desgraciadamente la semana y el mes- y no tienen otra cosa mejor que hacer que estar un viernes al sol en la grada del trazado.

Como unos aficionados de Montalbán, que salieron a las siete de la mañana de la localidad cordobesa bien pertrechados -no les faltaba ni cerveza ni viandas como panceta, “que está mejor que el jamón”. Juan Carlos Toro Rosso, intrépido fotógrafo de F-1, puede dar fe de ello.

Y es que es mejor ir bien provistos, porque con la crisis, pagar cinco euros por dos cervezas acaba provocando sed. Cinco euros, lo mismo que cuesta la entrada al Circuito. Al menos, Juan Álvarez y José Ramón García no han subido los precios. Un detalle. La afición aplaude, como a Alonso cuando pasa por delante de la afición. Vamos entrando en calor y alguno empieza a cocerse en la grada -la verdad es que hace bastante calor- y se quita la camiseta, desnudo de cintura para arriba.

Hay ganas de motor, de ruido, y muchos preguntan por la IRTA. Otro, panadero de profesión, bastante tiene con no quedarse dormido con el solecito y el sol de Andalucía embotellado porque ha empalmado el trabajo con el desplazamiento a Jerez. Otro de Córdoba. Buena gente, buena afición.

Pese a que la mayoría no ve al rey Fernando y sólo lo adivina imbuido en el R29, acaban contentos y satisfechos con la experiencia. Hay quien había venido antes y otros que protestan por no poder comprar pases de paddock, como en las motos. La culpa es del ídolo, que es el que no quiere más ruido que el suyo. La próxima vez -1 al 5 de marzo- será. Será si dios Alonso quiere, claro.

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