Silvia Pérez Cruz. Actriz y cantante

"Todos los que cantamos lo hemos hecho alguna vez en nombre de Lorca"

  • La compositora catalana presentó ayer en la Sección Oficial a concurso como protagonista 'Cerca de tu casa', de Eduard Cortés. El domingo ofrecerá un concierto en el Teatro Cervantes.

A Sílvia Pérez Cruz (Palafrugell, 1983) le cambió la vida el día que Eduard Cortés (The Pelayos) le propone protagonizar un musical sobre los desahucios. Cerca de tu casa cuenta la historia de un drama, el de Sonia -interpretada por una Pérez Cruz tierna y luchadora- y su familia, a los que les han echado de su hogar. Sin experiencia alguna en la interpretación, la cantautora se lanza a la aventura sin ser consciente de su potencial frente a las cámaras. Demuestra su valía a lo largo de la película con cada gesto, cada mirada y cada canción. Sí, canción, porque Cortés no sólo se fijó en ella para el papel protagonista, también le encargó la banda sonora. El resultado es una obra coral recogida en el disco Domus, donde la catalana hace una particular radiografía de la crisis, los desahucios y sus víctimas. Para ello se sirve de géneros tan dispares como la lambada o la canción de cuna. Las letras, inspiradas por el genio de Lorca (No hay tanto pan, Verde) o cogidas prestadas de las manifestaciones del 15 de mayo (Sí se puede), parecen salir directamente de las entrañadas de la cantante. "Es mi manera de sentir y decir las cosas […] La persona que no entienda el mensaje de la banda sonora tiene que estar muy sorda", advierte. La artista se hará escuchar el domingo en el Teatro Cervantes cuando presente Domus como colofón al Festival de Cine de Málaga.

-¿Qué se siente al hundir las manos en el barro de la crisis para darle forma a la música de Cerca de tu casa?

-Mucha responsabilidad al principio. Normalmente había compuesto a partir de sentimientos o vivencias mías. Era la primera vez que el estímulo venía de fuera. Quería ser muy sincera en las canciones. Así que decidimos que lo primero era subrayar el viaje emocional de los personajes. Nos preguntamos: ¿Qué le pasa a alguien cuando le quitan la casa?

-¿Hay algo peor que eso?

-Tiene que haber cosas muy bestias, pero esto sin duda es una de las cosas más horribles que te puede pasar en la vida. Yo no lo he vivido, pero yo sé que la casa es tú mismo. Es donde duermes, pero también donde comes, te enamoras, te enfadas, sueñas. Es como el caparazón de un caracol, tu protección. Dicen que cuando ordenas tu casa y tiras algo, te estás limpiando a ti misma. Tiene que ser una sensación casi de muerte, de volver a empezar y de gran fracaso. Intenté ponerme en la piel de esa gente. La película la situamos en 2007, al principio de la crisis, y hablamos de los primeros desahuciados. Sentían que realmente eso era un fracaso personal, pero no lo era. Era un fracaso del sistema.

-Al final la película, en palabras de su director Eduard Cortés, resulta ser "un viaje hacia la luz".

-Sí, queríamos transmitir una esperanza y eso se ve en la película cuando la gente se solidariza.

-Volviendo a la música, ésta acaba siendo un ingrediente más y no una excusa para narrar como ocurre en los clásicos musicales.

-Puede ser. La película usa la música como un lenguaje más para expresarse. Para mí era muy importante que fuera orgánico eso, el cambio de hablar a cantar. De hecho, insistí mucho en lo de que tenía que cantar en directo en los números musicales.

-¿Cómo fue el proceso de creación del soundtrack?

-Iba a las reuniones, me enseñaban trocitos de guión y me ponía a darle vueltas a la cabeza. En total, desde que me hablaron del proyecto hasta que hemos terminado, han pasado tres años. La premisa en mente siempre era "Silvia, no tienes que hacer un número concreto de temas sólo tienes que hacer una canción cuando sea necesario". Así desapareció la presión del musical. Sé que tengo la herramienta que es la música. Primero había que ubicar el momento y luego entender que se quería expresar. Granada, por ejemplo, nació tras diez años buscando un lenguaje propio y rompiendo barreras entre estilos. Son emociones y canciones de todos. Hasta las que compuse a mi padre. En Domus he compuesto la letra y la música, he producido y arreglado los temas.

-¿El producto final de la banda sonora y el del disco (Domus) son muy distintos?

-No mucho. He tenido que alargar temas, he añadido o prescindido de instrumentos, el orden es distinto. Seguramente el disco se escuchará en soledad, no es como el cine que vas a mirar una pantalla y la imagen te acompaña. Aquí más bien te las sugiere.

-Las referencias lorquianas se perciben en seguida: el pan, el gallo, el verde esperanza, las azucenas.

-Casualidades. Lorca forma parte de nuestra herencia. Todos los que cantamos alguna vez lo hemos hecho en nombre de Lorca. Me inspira mucho su manera de escribir. En No hay tanto pan hay un momento clave, cuando alargo la frase que decía la gente en la calle, el no hay tanto pan. Para mí el pan es una referencia muy lorquiana. Esto me ha ayudado a trabajar en imágenes, como en Pequeño vals vienés. De hecho, hice referencia a las azucenas y a las fotografías de pequeño vals en uno de los temas. A nivel de estructura incluso hice un análisis de los primeros versos, de su poética, para ver las sílabas y las rimas. Algunas de las referencias en No hay tanto pan son Lorca y Chicho Sánchez Ferlosio con su Gallo rojo, gallo negro. Hablo del gallo que despierta y qué bueno que sea el gallo el animal que despierta tras el sueño opiáceo en el que vivíamos antes de la crisis.

-¿Cree que este drama social removerá las conciencias de algunos?

-Eso espero. La música es buena para eso. Las palabras con un buen discurso las pueden manipular, pero la música acaba llegando.

-¿Cree que caló el mensaje de No hay tanto pan cuando la interpretó en los Premios Gaudí frente a la clase política catalana?

-Tengo muy claro lo que canto. Sé que el tema resuena porque además lo trato de una manera genérica, sin atacar a nadie, simplemente culpando al que roba, al que acusa, al que riñe. Digo muchas verdades sin hablar de cosas muy concretas. Cuando la escribí hablé con amigos muy indignados por la crisis. La persona que no entienda el mensaje de la banda sonora tiene que estar muy sorda.

-Cuenta con un extenso currículum musical, pero no reúne mucha experiencia en el campo de la interpretación. ¿Qué se la pasó por la cabeza antes de aceptar el papel?

-Pensaba que el director estaba loco. No soy actriz, ni tengo la necesidad de serlo. Tardé mucho, muchísimo, en tenerlo claro y ahora estoy muy contenta.

-¿Le han propuesto algún otro papel ya?

-Me han propuesto cosas, sí. Antes hubiera dicho que no de entrada, ahora me leería el guión. Ya he dicho que no a unas cuantas propuestas, aunque no quiero cerrar la puerta a la interpretación.

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