“¿Cómo pueden vender el DVD de la película si se empieza a rodar hoy?”. La pregunta la hacía el director dominicano Archie López en su primer día de rodaje de la secuela de su gran éxito, Lotoman. Fue tal el bombazo de este título en su país que algún avispado vio la rotulación del nuevo filme en uno de los camiones de rodaje y se apresuró a hacer negocio por la expectación del público: se dedicó a vender en las calles un disco sólo con fotos de los remolques.

Lotoman cuenta la historia de dos hermanos que ganan un premio millonario en la lotería de su país. Se estrenó en enero de 2011 y llevó a los cines a más de un millón de espectadores en República Dominicana, país de casi 11 millones de habitantes, tras más de cuatro meses en cartelera. Su salida al mercado doméstico, con el lanzamiento en DVD, registró ventas de 200.000 copias sólo la primera semana. Y la copia ilegal que está en Youtube desde mayo del año pasado lleva ya más de 5.600.000 visionados, después de que los responsables del filme decidieran no denunciar. La obra, dice su director, es ya del público, que le ha dado su favor con un éxito sin precedentes que ha saltado las fronteras: es un fenómeno también en Puerto Rico.

“Cada película que hace uno cree que es la mejor pero la conexión con el público –asegura– no tiene precio. Entonces deja de ser la película de uno para ser una película de la gente”.

Archie López, durante el rodaje de 'Lotoman 003'

Archie López está en Huelva como exponente de ese género en alza en el Caribe, que encuentra acomodo en la nueva sección creada en el Iberoamericano. Ese éxito que personifica como autor de comedias, el vínculo directo abierto con el público, aclara, “no se logra muchas veces”.

En su caso, la fórmula descubierta le ha dado por ahora para dos películas más de Lotoman, convertida en saga, igual que Tubérculo presidente, que va por dos.

“El latino es una persona con gran sentido del humor. Son muy chistosos, particularmente los dominicanos. Tiene muchos problemas en su vida y va al cine a disfrutar. Quieren salir del cine con una sonrisa”.

Lo suyo, explica, no es la sutileza que destilan otras comedias hechas en el continente americano. Nada de fina ironía sino humor explícito, sin dobleces y con un punto de absurdo caribeño. “La gente quiere reír a carcajadas. No necesita de sutilezas”, justifica.

Cuenta su productora, Desiree Reyes, por parte de Panamericana, que “la comedia no es garantía de éxito por sí sola, como género”, y que requiere también de buenos guiones y de una calidad que el espectador sepa reconocer para que enganche.

“La risa mueve siempre el interés de la gente. El cine es una actividad de entretenimiento y la comedia promete ese buen rato, pero depende de qué película se haga para que pueda conectar con el público y triunfe en taquilla”.

Por ahí pasa que una película perdure “con el paso del tiempo en la memoria de la gente”, explica Reyes. “La publicidad ayuda para un lanzamiento pero debe ser la película la que consiga que la gente siga viéndola tras el estreno”.

Pero detrás de ese icono en que se ha convertido Lotoman en República Dominicana está también la propia naturaleza del género. Porque dice Archie López que las comedias se ven una y otra vez, y el público se cansa menos de ellas. Por eso hasta los pases en televisión, como en el canal de cable americano Cine Latino, son un éxito reiterado; en el caso de Lotoman, cada Navidad.

Plataformas televisivas

Desde hace 15 años, con el auge de las nuevas plataformas televisivas en América Latina, ahora en España con Netflix y HBO, “la vara ha subido”, dice López sobre el nivel de exigencia de los espectadores. “La gente ve más cine y no puedes darle películas mal filmadas”, asegura.

Ahora en Huelva, aplaude la decisión del Iberoamericano de crear una sección propia para el género, “un reconocimiento”, asegura, que “no limita el recorrido y suma”. “Huelva es un lugar muy prestigioso allá y a mí, salvando las distancias, me hace tan feliz estar aquí como en los Oscar”, apunta López.

Tal es así que aquí ha llegado el anuncio de una nueva entrega de Lotoman, la cuarta, que será rodada en Huelva y Sevilla, aventuran ya el director y la productora. No hay guión todavía pero parten de la premisa de que la risa no tiene fin.