Cultura

Otras vidas son posibles

  • La gala inaugural confirma los aires de ilusión que ha traído el equipo de Cienfuegos al certamen · O'Dogherty y Dechent convencen como maestros de ceremonias.

La gala inaugural del SEFF 2012 no deparó sorpresas en la estructura elegida -se aferró a esa fórmula de presentación de las secciones que van a componer la programación- y no pudo evitar el inconveniente de los largos discursos de los invitados haciendo morosa una ceremonia concebida para ser ágil, pero, pese a todo, no hay duda de que el Festival de Cine Europeo encara otra etapa con un brío renovado. Si Agnès Varda, como recordó ayer el alcalde, alude a las siete vidas que posee un gato para celebrar las tres existencias que ella ha disfrutado, las de fotógrafa, cineasta y artista, el festival también puede presumir de desdoblamientos y resurrecciones. Lejos del tono mecánico, ya mortecino, con el que el certamen inauguraba la anterior convocatoria, más allá de aquellos controvertidos problemas técnicos, el espíritu ha cambiado: no hubo discurso por el que no asomara alguna dosis de ilusión y se expresara el agradecimiento por la "impecable" gestión de José Luis Cienfuegos, que, como bromeó Zoido, quizás por nostalgia de su tierra se trajo una insistente lluvia como telón de fondo de la apertura.

Claro que a avivar esas energías también contribuyeron unos inspirados Álex O'Dogherty y Antonio Dechent, afianzados como verdaderos showmen: fue grande ese momento en que ayudado por un ukelele, O'Dogherty se marcó una canción ¡con los patrocinadores del festival como motivo! No era ése el único pasaje musical: Pájaro y su Santa Leone Orchestra también aportaron algunos temas. La reina de la noche fue la inmensa Agnès Varda, que recibió el Giraldillo de Oro, habló del "placer" de unir puentes y derribar "categorías y etiquetas" y observó con sorna, demostrando que su feminismo no ha perdido fuelle, que la veleta de la Giralda "es una guerrera que tiene nombre de hombre". Guerra también planteó el productor Antonio Pérez, que vaticinó que "posiblemente el año que viene no veamos casi nada" en Panorama Andaluz por la falta de apoyo al cine del "Gobierno central y el autonómico". Y luego llegó Fin, pese a su título, la película inaugural, el pistoletazo de salida de una etapa distinta. Bien lo sabe Varda: otras vidas son posibles.

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