Paz Vega. Actriz

"Con mi personaje buscaba el equilibrio entre una 'femme fatale' y una madre"

  • La intérprete sevillana inaugura la undécima edición del SEFF con 'La ignorancia de la sangre', una intriga ambientada en su ciudad natal que coprotagoniza junto a Juan Diego Botto.

Tras su breve pero intensa participación en Los amantes pasajeros, en la que encarnaba a una mujer al borde del suicidio, Paz Vega regresa al cine español con otro personaje atormentado y al límite, en esta ocasión de metraje más largo: el de Consuelo, propietaria de un restaurante y pareja del investigador Javier Falcón (Juan Diego Botto) que acabará involucrada en los asuntos del hombre al que ama. La ignorancia de la sangre, adaptación de la novela de Robert Wilson dirigida por Manuel Gómez Pereira, brinda a la actriz no sólo un retorno a la cinematografía patria, también un doble reencuentro con su Sevilla natal, escenario en el que rodó el pasado año esta intriga y donde ayer, acompañada del equipo del filme, inauguró una nueva edición del Sevilla Festival del Cine Europeo (SEFF).

En este thriller -en cuyo argumento se entrecruzan la mafia rusa y el terrorismo islámico- Paz Vega hereda el papel de mujer gélida y sofisticada que acuñó el cine negro. "Estamos haciendo género y ella sería la femme fatale", afirma la ganadora del Goya por Lucía y el sexo, aunque añade pronto un matiz que cambia el perfil de su protagonista: la maternidad y el sufrimiento ante el secuestro de su hijo. "Lo interesante de Consuelo es que había que unificar esos dos elementos: la cosa fría, distante, de la femme fatale y la calidez de una madre. Ese equilibrio es lo que estuvimos buscando", confiesa.

El espectador se encuentra al inicio del filme a dos amantes que aún calibran sus sentimientos, hasta que irrumpe en sus vidas la amenaza. "Ésta es la cuarta novela de una tetralogía, y hay cosas que se dan por supuestas en la película", advierte Vega sobre la prudencia con la que se trata la pareja en las primeras escenas. "Javier y Consuelo se han conocido en la primera novela y han vivido una historia de amor muy potente; ahora están dándose una segunda oportunidad, y lo están haciendo con cierto recelo. Están juntos pero no se lo dan todo, hasta que lo que ocurre destapa su amor. Ellos dos se quieren, pero no se atreven a decirlo".

Como madre, a la intérprete no le costó, dice, "imaginar el grado de tensión y desesperación que vive alguien a quien le secuestran un hijo, pero esa emoción era algo que hay que dosificar. No puedes mostrar desde el principio una gran desesperación, porque entonces ¿hasta dónde llegas?", se pregunta.

Vega encontró en el universo literario de Robert Wilson pistas para su creación, aunque las novelas le atrajeron también por motivos sentimentales. "Es increíble leer cómo este hombre ha captado la esencia de Sevilla, de sus bares, de sus calles, de su gente... Ha retratado detalles que sólo los sevillanos somos capaces de reconocer", estima. Y, en su opinión, Gómez Pereira ha plasmado la capital andaluza con una elegancia alejada del tópico. "Manolo me ha permitido redescubrir Sevilla con otros ojos. A veces me parecía una ciudad muy parisina, muy estilizada. Hay un plano bajo el puente de Triana: yo nunca había visto esa parte en el cine, en una atmósfera de cine negro".

Vega ha rodado en Italia All Roads Lead to Rome, junto a Sarah Jessica Parker y Claudia Cardinale, en la que hace "un personaje muy divertido", pero "casi todo lo que me ofrecen últimamente es dramático", admite, "como la película que he hecho en Australia con Jim Loach [hijo de Ken] y Antonio de la Torre". La actriz asegura que no le importan los géneros, "lo que importa es darle la máxima verdad al personaje".

La actriz, que estrena la semana próxima en los cines dos trabajos, La ignorancia de la sangre y Matar al mensajero, con Jeremy Renner, ha visto también cómo la crisis aplazaba algunos proyectos, entre ellos A Fall from Grace, de Jennifer Chambers Lynch [también descendiente de otro cineasta ilustre: David Lynch], "una historia muy oscura, un guión magnífico", y su codiciado biopic de Luisa Roldán, La Roldana, "una figura histórica fabulosa, y al mismo tiempo tan moderna... Pero es una producción que hay que hacer bien, y eso requiere una inversión que hoy es difícil conseguir", lamenta.

Nuevas aventuras, sin embargo, no le faltan en el horizonte a Paz Vega, como ese papel de María de Hungría, una mujer que con su inteligencia y determinación cautivó al propio Erasmo de Rotterdam y que interpreta en Emperor, del neozelandés Lee Tamahori, con Adrien Brody encabezando el reparto. "La película", anticipa, "es una visión un poco libre de la figura de Carlos V y del momento en que condenó a Lutero. Mi personaje es la hermana de Carlos V, alguien que antepone la fe y Dios a su propio hermano".

La intérprete, que espera encontrar un papel en una serie de televisión -"es el medio donde están hoy los personajes más complejos; True Detective, por ejemplo, es una obra maestra"- destaca a algunos compañeros con los que ha coincidido en su carrera internacional, como Nicole Kidman, con la que participó en Grace de Mónaco, "una madraza, una persona encantadora" o Sarah Jessica Parker, "que está pendiente de que todo el mundo esté bien. Es gente que ama su profesión, y cuando amas lo que haces eso se traslada a los demás".

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