Fue el cine del Este uno de grandes escuelas. De ellas solían salir cineastas serios y apesadumbrados y técnicos brillantes e infalibles. El campo de la animación también tuvo allí sus fábricas y sus inolvidables artesanos, espíritus críticos y laboriosos que aunaron popularidad y transgresión artística, lo que les reservó un lugar de honor en la historia del cine: Norshteyn, Trnka, Starewicz, Pojar, Zeman... Lo que el SEFF pretende este año con post-Koniec es comprobar si, pasados los años y transformado radicalmente el cine y sus técnicas con la digitalización, existe relevo entre los maestros y las nuevas generaciones. Para ello se han programado diez cortometrajes de animación rodados entre 2012 y 2013 -la sesión dura unos setenta minutos- en países como Rusia, Croacia, Eslovaquia o República Checa.

Y que el trazo se mantiene vivo lo corroboran cortos como Choir Tour (del letón Edmund Jansons) o Hopfrog (del ruso L. Shmelkov). En el primero una escala en la gira de un coro de "voces blancas" deviene en espectáculo geométrico y colorista. El segundo, con premio en Oberhausen, es el hábitat de curiosas e hipnóticas criaturas.

Nuevos nombres. Uno de los nombres a retener en la selección es el del croata Dalibor Baric. El festival presenta su último trabajo, Marienbad First Aid Kit, collage-reflexión sobre la memoria apoyado en Bioy Casares y Alain Resnais.