Cultura

Una inauguración entre risas

  • '3 bodas de más', la comedia gamberra y de 'espíritu Apatow' dirigida por Javier Ruiz Caldera, abre la programación. El productor Antonio Pérez recibe el Premio X Aniversario del SEFF.

"Se ve que Cienfuegos decidió abrir con la tontería... y ya mañana empezará la oscuridad", bromeó Javier Ruiz Caldera, director de la comedia 3 bodas de más, la película que inauguró ayer la décima edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF). En su primera invitación a un certamen y por ello "nervioso y emocionado" aunque en todo momento distendido junto a Inma Cuesta, Martiño Rivas y Laura Sánchez, el también firmante de Spanish Movie y Promoción fantasma se refería así a las sensaciones que le causaba abrir una cita habitualmente más atenta a los claroscuros intelectuales. El propio director del festival, el citado José Luis Cienfuegos -por lo demás visiblemente contento entre otras cosas porque la venta anticipada de entradas, dijo, va "como un tiro"-, ya se había pronunciado antes del posible debate al calificar como "un regalo" el hecho de poder inaugurar el festival "con una buena comedia; no con una comedia: con una buena comedia".

Y lo cierto es que, más allá de otras consideraciones y a falta del dictamen del público, que podrá verla desde el 5 de diciembre (fecha de su estreno), si las risas siguen siendo un indicador fiable para juzgar una comedia, 3 bodas de más parece llamada a ser una de esas películas con tirón popular. Ayer por la mañana se escucharon muchas durante la primera proyección de esta comedia romántica de vocación gamberra y finalmente y sobre todo tierna y reconfortante, como ocurre en la gran mayoría de las películas dirigidas o producidas por Judd Apatow, cuyo espíritu sobrevuela de manera manifiesta en esta cinta que no obstante le debe bastante también al tipo de gags y a la arquitectura en general de la comedia clásica americana (guiño a La fiera de mi niña incluido).

"Javier me dio una lista de películas para que entendiera por dónde quería ir. A mí siempre me ha gustado la comedia clásica, la alta comedia: Cukor, Hawks, el Billy Wilder con el que te ríes..., y la verdad es que no manejaba nada de la nueva comedia. Él me recomendó Alta fidelidad, cosas de Alexander Payne, Freek and Geeks, Supersalidos, que me dijo que era una obra maestra y lo flipé: ¿pero cómo me dice éste eso? Y bueno, luego lo entendí, sí", admitió entre risas Martiño Rivas, cuyo personaje, junto con los de Cuesta y Quim Gutiérrez, conforma el trío sentimental sobre el que pivota esta historia -muy atenta en todo caso a los secundarios- en la que una joven de precaria vida amorosa se verá (medio) obligada a pasar por el trance de acudir no a una sino a tres bodas de ex novios, a cuál más psicodélico y excesivo (el egoísta verborreico encarnado por Berto Romero; Paco León en clave surfera-fumeta; y el transexual al que da vida, en su primer trabajo en el cine, Laura Sánchez), sin que se queden atrás otros personajes, como la madre destroyer a la que da vida Rossy de Palma.

"Esas son las comedias que a mí me gusta ver como espectador", matizó Ruiz Caldera, amante también del cine de Berlanga y que ya experimentó "buenas sensaciones" tras el pase de 3 bodas de más en el pasado Festival de Venecia, donde se reveló como una de las sorpresas de la sección Venice Days. "Son referencias que a mí me ayudan sobre todo a comunicarme con el equipo y con los actores. Yo he intentado hacerlo lo mejor posible, qué voy a decir, pero la película es lo que es gracias a los actores", dijo el director (Viladecans, Barcelona, 1976), que centró sus esfuerzos en lograr que el guión -obra de Breixo Corral y Pablo Alen-, "ya muy gracioso de por sí", se convirtiera en "algo de carne y hueso". "Y para eso", añadió, "tienes que conseguir que los actores se sientan muy cómodos, porque luego son ellos los que se tienen que poner a hacer esas payasadas tremendas delante de un equipo técnico en el que hay unos pocos tíos muy serios porque están pendientes cada uno de lo suyo".

A su lado, Inma Cuesta, verdadera "alma de la película", como dijo Ruiz Caldera, asentía. "Rodarla fue un juego divertidísimo, y espero que el público lo sienta así de luminoso y de alegre", añadió la actriz, cuya carrera se había desarrollado hasta ahora en registros dramáticos (Primos, una comedia a la que ella aportaba el tono más sobrio,yespecialmente La voz dormida). "Lo hemos pasado realmente bien. Cuando llegaba tarde a casa, después de trabajar, llamaba a mi representante, y me acordaba de esas jornadas en las que te tiras 14 horas llorando, que relaja mucho, vale, pero... Y le decía: ¡mira, yo ya no hago más dramas!".

UNA GALA X

Puso humor también a la apertura del SEFF Eva Hache, curtida en ejercer de maestra de ceremonias tras la experiencia de los Goya. "Me encantan las galas. Llamadme tiquismiquis, pero últimamente tengo la impresión de que sólo me invitan a ellas para presentarlas", bromeó, antes de definirse ante los invitados extranjeros como "famosa, muy famosa en España, como la Ellen DeGeneres de aquí". Hache se refirió en sus chistes a la inspiración en la publicidad de las salas X del cartel diseñado por Miki Leal: "¿Está alguien tratando de decirnos que la situación del cine europeo es casi pornográfica?", se preguntó. El Niño de Elche, cuya actuación fue uno de los hallazgos de una noche en la que el alcalde se alargó más de la cuenta en su intervención, cantó un "pregón flamenco X" con un vídeo inspirado en las variaciones de La mujer y el pelele. También una X tenía el galardón que recogió Antonio Pérez, el del décimo aniversario del SEFF. Pérez, que aseguró que tiene "muchas películas que hacer" todavía, señaló que la principal virtud de un productor es "olfatear el talento" y recordó que actrices como Paz Vega o María León empezaron con él en el cine.

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