Crítica 'We are the best!'

Pubertad, hormonas y punk rock

We are the best! Comedia dramática, Suecia-Dinamarca, 2013, 103 min. Dirección: Lukas Moodysson. Intérpretes: Mira Barkhammar, Mira Grosin, Liv LeMoyne.

Un Ingmar Bergman anciano proclamaba en una de sus últimas entrevistas que, de todos los jóvenes cineastas suecos, Lukas Moodysson era el que más le gustaba. No estuvo muy fino en su apreciación el gran maestro, que por suerte no pudo ver la deriva de una carrera que, si bien prometía bastante en el orbe indie europeo con aquellas primeras Fucking Ämal y Juntos, acabó pronto sucumbiendo a la impersonalidad con pedigrí modernete (Lylia forever, Container) o, en el peor de los casos, a un ataque de trascendentalitis aguda (Mamut) para el mercado global.

Es Moodysson un director de maneras limitadas cuando no directamente televisivas, más apreciado por su sensibilidad en el tratamiento de personajes adolescentes y en su quehacer con los actores que por otras virtudes caligráficas. Con We are the best! el sueco parece querer volver a los temas y ambientes de sus primeros filmes con el retrato de tres jóvenes de apenas 12 o 13 años empeñadas en montar una banda punk en la Suecia de 1982.

Hay que reconocerle al menos su buen ojo para el casting y el juego con la ambigüedad de género de sus tres chicas protagonistas, también un tratamiento de comedia que aligera el peso de ese conflictivo tránsito por la pubertad en el que la identidad, la confusión, la amistad y el descubrimiento del amor o el mundo adulto se convierten en asuntos de primer orden.

Sin embargo, todo ello, con su ingenuidad autorizada incluida, viene envuelto en una puesta en escena plagada de tics y molestos zooms correctores, gestos de inseguridad que evidencian, en definitiva, la carencia de una verdadera mirada sobre sus criaturas y sus pequeños problemas cotidianos. We are the best! no necesitaba estar en otra sección que no fuera Europa Junior.

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