Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

Festival de Cine Sevilla

Maneras de vivir la Roma invisible

  • Gianfranco Rosi presenta 'Sacro GRA', un documental que compite en la Sección Oficial y con el que ya logró en el Festival de Venecia el primer León de Oro a una obra de no-ficción.

La verdad es algo que pasa junto a ti, escribió Italo Calvino, y cuando te vuelves para mirarla ya se ha ido. Con este espíritu, tratando de "comprender la narración a través de la abstracción", dice Gianfranco Rosi, se lanzó a rodar durante dos años Sacro GRA, el documental que marcó un hito en la última edición del Festival de Venecia al convertirse en la primera obra de no-ficción en la historia del certamen en lograr el León de Oro. Con un discurso más audaz y aventurero que las imágenes de su película -que depara no obstante potentes fogonazos de humanidad y extrañamiento-, Rosi presentó ayer su película en el Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF), en cuya Sección Oficial compite.

Atraído por ese enorme "anillo de Saturno" que rodea la periferia de Roma, como calificó Fellini a la

Grande Raccordo Anulare, que con 67 kilómetros y tres millones de personas viviendo en sus alrededores es una de las autopistas urbanas más grandes de Europa, Rosi se lanzó a recorrerla durante dos años a bordo de una autocaravana en la que vivió durante todo ese tiempo para rodar su cuarto documental, una forma de hacer cine que para él representa siempre "una aventura que se sabe cuándo comienza pero no cuándo ni cómo va a terminar".

Rosi, alumno de Martin Scorsese en la New York University Film School, como él mismo recordó ayer, escogió la vía del documental por "timidez frente al trabajo en grupo", por la pura necesidad, dijo, de adentrarse "en solitario" en el estado mental que representa para él cada película. En esta ocasión, el italiano fue al encuentro de unos personajes que fueron "elegidos con la misma lógica que nos lleva a encontrar a otras personas, como cuando nace una amistad o un amor". Y así, "por azar o por necesidad", el director italiano, siguiendo sus "instintos", con la única "pequeña premisa" de estar atento a ciertos latidos "que son tuyos pero que nunca te has parado a interpretar a fondo", fue cruzándose con las criaturas que habitan su película, seres en su mayoría excéntricos y marcados por distintas formas de la soledad, el abandono y la melancolía, vidas en el limbo casi más que en la periferia, encarnaciones de una profunda languidez existencial (y urbanística) que jamás aparecerá en una guía turística de Roma, cuyos símbolos "canónicos" son imposibles de hallar en la película.

Dos viejas prostitutas, un enfermero tierno y solitario, un pescador de anguilas y su mujer ucraniana, un esforzado actor de fotonovelas, un hombre con barba de profeta en el desierto que le echa eruditos y entrañables discursos de "padre del siglo XIX" a su hija en un abigarrado y anónimo bloque de viviendas sobre el que pasan continuamente aviones que aterrizan o despegan, un veterano noble de Turín venido a menos que después de perderlo todo emplea su arruinado palacete en una periferia en mitad de la nada como bed & breakfast o un caviloso biólogo decidido a proteger las queridas palmeras del ataque de los bichos asesinos, son los personajes principales de Sacro GRA, cuya idea le fue sugerida a Gianfranco Risi por un amigo urbanista, Nicolò Bassetti. "Yo no quería rodar una película sociológica", explicó el director. "Lo que quería era retratar a unos personajes con una fuerte dimensión poética y con una personalidad poderosa en lugares desprovistos por completo de identidad". En ese sentido, a pesar de la declaración inicial, el cineasta sí reconoció que este trabajo "refleja lo que está sucediendo" en Italia, "algo muy triste", que es "la pérdida de su identidad".

Pero en todo caso a Rosi, según insistió, le interesaba sobre todo trazar con sus imágenes una especie de "psicogeografía mental", un "espacio mental" en el que la realidad, en este caso filtrada por tonos crepusculares y en contadas ocasiones por estallidos de luz solar que crean una atmósfera con tintes de irrealidad, "se convierte en algo diferente". De eso trata el cine, aseguró el director, que casi rizando el rizo verá cómo en este mismo festival, en la película de su amigo Paolo Sorrentino incluida también en la Sección Oficial de este SEFF, La grande bellezza, aparece su viejo aristócrata turinés, el que lo tuvo todo y casi todo lo perdió, rememorando en la ficción, muy fugazmente, lo que él una vez fue o representó en una película, la de Sorrentino, que se ocupa precisamente de esa Roma rica y despreocupada que vive de espaldas a la que captura Gianfranco Rosi en Sacro GRA.

Otro nombre destacado en la jornada de ayer fue el de Josefina Molina, "pionera", y lo es literalmente: fue la primera mujer que obtuvo el título de realizadora de la Escuela Oficial de Cinematografía. A sus 78 años, esta cordobesa sumó el Premio RTVA que concede la televisión pública andaluza a una larga lista de reconocimientos en la que se incluyen la Medalla de Oro en el Mérito a las Bellas Artes, el Goya de Honor a toda su carrera, que en gran parte transcurrió en la televisión -donde "ejercitó el oficio" mientras no pudo trabajar en el cine-, o el título de Hija Predilecta de Andalucía.

Molina, que recibió el premio en una gala nocturna en el Lope de Vega, defendió horas antes el cine que hacen las mujeres, "que son las que tocan los temas socialmente importantes". "Sin nostalgia", pero sin dejar de criticar "el abismo" al que la "falta de apoyos del Estado" ha conducido a la industria, la directora de Teresa de Jesús,La Lola se va a los puertos o Esquilache se refirió también a las declaraciones de Cristóbal Montoro: "A los políticos del PP lo que les gusta es el cine americano. Y quieren que hagamos películas americanas, pero no podemos porque no tenemos esos presupuestos. Y además no somos americanos: nos gusta nuestra forma de vivir. Aquí se hace un cine de bajo presupuesto, pero con mucho talento y con mucho entusiasmo".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios