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Cultura

Jessica Hausner revisa en 'Amour Fou' los ideales del Romanticismo

  • La cineasta austriaca se inspira en el suicidio de Von Kleist para una atípica y brillante película de época.

Doble suicidio por amor. El concepto llevaba años rondando por la cabeza de Jessica Hausner, incomodando a la cineasta austriaca y originándole preguntas -¿uno no está, inevitablemente, por mucho que pretenda evitarlo, solo de un modo estremecedor ante la muerte?-, pero la directora no conseguía terminar el borrador de un guión con el que se sintiera satisfecha. Hasta que supo por un artículo de la trágica peripecia del poeta, narrador y dramaturgo Heinrich von Kleist, que puso fin a su vida tras disparar a su amada Henriette Vogel. Ésta había accedido a ese desenlace tras conocer que padecía una enfermedad fatal; pero anteriormente Von Kleist había pedido sin éxito a su mejor amigo y a una prima suya que le acompañaran en ese momento aciago. Hausner entendió que esa premisa extravagante era el punto de partida que necesitaba y se puso a trabajar en Amour fou, la película que abrió ayer la competición por el Giraldillo de Oro de la Sección Oficial, un premio que la realizadora ya ganó en 2009 con Lourdes.

Hausner revisa con ironía los ideales románticos sirviéndose de un poeta trágico, un hombre que procura sublimar el carácter anodino de la existencia a través de la muerte y el amor, y que encara los afectos como una especie de ensoñación. "Cuando estuve leyendo sobre Kleist, tuve la impresión de que nunca había tenido una relación de amor culminada, sólo había tenido fantasías. Igual porque si el amor se convierte en realidad tienes que afrontar alguna decepción, y él prefería ilusionarse", analiza la directora, a quien atraía especialmente el contexto en el que se mueve el autor por ser un tiempo de profundos cambios. "La gente de la película habla de la democracia como algo malo. Para nosotros está clarísimo que es mejor una democracia que una monarquía, pero para el guión teníamos que buscar argumentos en contra del tema. Es interesante pensar cómo cada época tiene su verdad", asegura.

La cineasta, que solicitó de sus protagonistas una interpretación contenida porque "la gente en realidad oculta lo que siente", factura una película de época alejada de las convenciones en su estética. "No queríamos una de esas películas de época aburridas y naturalistas. Queríamos que fuera colorista y que no tuviese la típica iluminación de velas, algo que finalmente usamos, pero el director de fotografía ideó un sistema cenital que consiguió dar al filme una atmósfera muy sugerente".

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