Su popularidad le llegó de manera colateral. Era el presentador del informativo de madrugada cuando Telecinco aún mantenía esta parcela y terminó siendo el informador de la evolución de la segunda Guerra del Golfo a través de Crónicas marcianas, unos de los foros más beligerantes contra la decisión de Aznar. Màxim Huerta se convirtió en un protagonista más del programa de Javier Sardá, nombre unido al debut televisivo de Pedro Sánchez en aquel debate llamado Moros y cristianos.

Màxim Huerta (Utiel, Valencia, 1971), procedente de RNE y Canal 9, se convirtió con Sardá en un personaje de la televisión, un actor de la cadena privada más inquieta, tildada por el entonces presidente como "telebasura". El informador nocturno pasó a El programa de Ana Rosa, el inmenso matinal donde igual se habla de política como de los vericuetos del corazón y los realities. Màxim tocó todos los palos y entre 2005 y 2015 vivió once temporadas junto a la estrella matinal, como nombre versátil que incluso dio el paso a la literatura mientras a través de las redes sociales se conformaba como un referente del colectivo LGBT.

Se ha convertido en el nuevo titular de la recuperada cartera de Cultura y Deporte y, con razón, se ha convertido desde el primer instante en el nombre más controvertido del nuevo gobierno. Por una trayectoria más bien de perfil bajo pese a su subrayado pensamiento progresista. La inclusión de Huerta es un verso suelto y con guiños a muchos frentes. El gremio artístico en general le da una buena acogida, como por mucho público que no se interesa por lapolítica y que lo siente cercano.

La etapa con Ana Rosa Quintana concluyó de manera cordial cuando el periodista ya contaba con varias obras publicadas. En total ha escrito siete novelas (la primera se llamaba Que sea la última vez que me llamas Reina de la Tele) y dos obras de teatro y luce el premio Primavera de Novela 2014 por La noche soñada).

Su único programa tras dejar Telecinco no tuvo repercusión. Para TVE condujo la serie documental Destinos de película, en 2016, que pasó con indiferencia por La 1.