España

Con un pan bajo el brazo

  • Caamaño afirma en Sevilla que invertir en la modernización y agilización de la Administración judicial que está llevando a cabo "es rentable para salir de la crisis"

Su nombre saltó a los titulares de los medios de comunicación un 23-F, el de 2009, cuando su antecesor al frente del Ministerio de Justicia, Francisco Bermejo, presentaba su dimisión por sus deslices cinegéticos, dejando atrás una etapa de turbulencias que Francisco Caamaño sigue enterrando a golpe de diálogo y que ahora tiene entre ceja y ceja la mastodóntica tarea de modernizar la Administración judicial, un "proyecto muy ambicioso de cambio" que, según declaró a los periodistas el ministro antes de pronunciar anoche la conferencia La Justicia que queremos en el Club Antares, redundará en motor para tomar aire pues, según dijo, "invertir en Justicia es rentable para salir de la crisis, una Justicia eficaz dinamiza la economía".

Para ilustra su afirmación, Caamaño recordó que en una -la tributaria- de las ocho secciones de la sala tercera del Tribunal Supremo "están paralizados unos 6.500 millones de euros, un billón de las antiguas pesetas, que deberían estar en el circuito económico".

En presencia de varias autoridades, como el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Augusto Méndez de Lugo, o el delegado del Gobierno, Juan José López Garzón, el ministro hizo una breve exposición del "gran reto" que tiene por delante, en el que brilla con luz propia el Plan Estratégico de Modernización de la Justicia 2009-2012, que se sobrepone a las limitaciones presupuestarias con un "diálogo permanente" del Gobierno con el Consejo General del Poder Judicial y las comunidades autónomas y, por ende, con partidos , sindicatos y asociaciones judiciales -parece que ya han enterrado el hacha de guerra- para que los ciudadanos se dejen de miradas torvas y comentarios desdeñosos cuando la Administración judicial se pone por delante. No es hombre dado a las grandilocuencias, pero anoche advirtió a la concurrencia que en esta ingente tarea "está en juego el Estado de bienestar", que hay que acabar de una vez por todas con la percepción de que la Justicia es lenta, desorganizada, ese desastre habitual en el que los legajos se cubren de polvo en los juzgados. Ojo, que nadie es inocente: "Llegan demasiados asuntos a los tribunales, nueve millones en el año 2009, los españoles tenemos tendencia a ir a los tribunales".

Así, su vasto plan de repintado de este cuadro pasa, por ejemplo, por los proyectos de ley que impulsan la mediación y el arbitraje en la resolución de conflictos, crear más plazas de jueces, fiscales y secretarios judiciales (750, 450 y 800, respectivamente) pese a la reducción de la oferta pública de empleo, por rediseñar el Registro Civil y por la implantación de la Oficina Judicial, concebida para racionalizar la distribución del trabajo en los juzgados.

Una justicia, en definitiva, "moderna, eficaz, con corazón y sin demagogias", afirmó Caamaño, que volvió a posicionarse contra la cadena perpetua resaltando que imposibilita la reinserción y la "incoherencia" de que el PP defienda el cumplimiento íntegro de condenas mientras postula una cadena perpetua revisable. "No hay que dejarse llevar por los sentimientos ni por el afán de venganza", insistió Caamaño, que puso sobre la mesa el derecho a no declarar contra sí mismos de los imputados por la desaparición de Marta del Castillo. "Tienen presunción de inocencia y les ampara ese derecho", declaraba a los periodistas, cuando un espontáneo le dio la noche: "Eres un canalla", le espetó éste mientras el ministro mostraba su solidaridad a la familia de la infortunada joven.

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