El Tiempo Un inesperado cambio: del calor a temperaturas bajas y lluvias en pocos días

Una baja esperada Las comunicaciones castrenses cambian de manera definitiva

Las palomas acaban la 'mili'

  • Las Fuerzas Armadas se deshacen de uno de sus aliados más fieles: las aves mensajeras que han perdido su sitio en un mundo cada vez más tecnológico

El Ejército español se deshace de uno de sus soldados más fieles. La paloma mensajera, que llevaba más de un siglo al servicio de las Fuerzas Armadas de España, quedó hace unos días oficialmente "desmilitarizada". Su servicio militar ha terminado y se ha licenciado con honor, aunque el valor se le supone.

Las nuevas tecnologías, con los teléfonos móviles y los satélites a la cabeza, han desbancado a estos animales que antaño hicieron tanto por las comunicaciones en tiempos de guerra y durante tanto tiempo.

Se incorporaron a filas en 1879 y sus vuelos supusieron un auténtico revulsivo en las comunicaciones de la época, llegando a actuar en ocasiones como único enlace con el exterior y los mandos de las unidades militares que se encontraban sitiadas por el enemigo.

Y es que estos animales llegan a alcanzar los 100 kilómetros por hora en vuelo y pueden recorrer distancias mayores a 700 kilómetros en un día. Lamentablemente estas proezas de poco sirven ya a las Fuerzas Armadas españolas cuando un simple click puede conectar al instante dos lugares muy alejados del planeta.

Su empleo militar había ido quedando poco a poco como un vestigio romántico de las gestas militares. De hecho, el Ejército español ya sólo contaba con unas 330 palomas mensajeras, propiedad del Regimiento de Misiones Estratégicas, situado en Madrid.

Y ya hace tiempo que una de ellas protagonizó la última proeza para el Ejército español. Fue el 28 de marzo de 2008, cuando se cerró el palomar militar central que estaba situado en el Palacio de El Pardo, en Madrid, y la paloma voló entre ese lugar y la localidad de Pozuelo de Alarcón. Antes se habían ido cerrando los palomares existentes en Burgos, Sevilla y Ceuta.

Hasta ahora, era el Ministerio de Defensa el encargado del censo de todas estas aves, tanto las militares como las de competición. Pero desde ahora su ámbito de acción queda limitado al deporte, con la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del Real Decreto que saca de la legislación militar la tenencia, el control y el uso de las palomas mensajeras y la deja en exclusiva a la legislación deportiva, para plena satisfacción de los colombófilos.

Los principales expertos en estos animales sostienen que unos cristales de magnetita que estos animales tienen entre el pico y los ojos son los que les otorgan su gran sentido de la orientación, al permitirles detectar y volar en función del campo magnético de la Tierra.

Pero pese a esa capacidad, no siempre llegan a su destino. "Cuando hay viento, y como vuelan en bandada, hay veces que se estrellan contra los cables de alta tensión, o sufren el ataque de aves rapaces", explica César González, colombófilo orgulloso. Pero "rara es la vez que deciden independizarse", dice, porque en su palomar "están mejor que en ningún sitio": tienen agua, comida, refugio y a su pareja.

Precisamente es la pareja la que presta gran ayuda en su entrenamiento como mensajeras. Según cuentan los expertos, existen tres técnicas principales a la hora de llevar a cabo su entrenamiento.

La "de soltería" se aprovecha de la atracción que el palomar ejerce sobre los machos y hembras que no tienen y buscan pareja.

La "de viudez" permite al macho y a la hembra criar a sus pichones para, en una segunda nidada, quitarle al palomo tanto su hembra como los huevos de ésta, dejándolo solo en el nido. Un día antes de que tenga que volar, se le permite estar brevemente con la pareja, para que cuando surque el cielo lo haga lo más rápidamente posible con la intención de regresar junto a ella.

El tercer método es el "juego al natural", que aprovecha el periodo de incubación o de cría de los pichones para lograr que el animal tenga la máxima querencia a su palomar.

Desde hace unos días, la realización de estos entrenamientos pasa a ser exclusivamente lúdica y deportiva.

Y cuando los españoles vean sobre sus cabezas una bandada de palomas mensajeras, podrán estar ya seguros de que no llevan consigo ningún secreto militar de importancia.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios