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Segundo premio La suerte se queda en la capital

Un número redondo que baña en millones a Madrid

  • El presentimiento de la lotera de la administración de un popular centro comercial se hizo realidad ayer al repartir más de 40 millones de euros entre los clientes

El Sorteo Extraordinario de Navidad, que durante 216 minutos de nervios, tensión y emoción repartió este año un total de 2.320 millones de euros a través de 85.000 números en 195 series, regaló alegría a lo largo del territorio nacional. Un par de horas después de que comenzara a cantarse los números agraciados apareció el subcampeón del tradicional sorteo, el segundo premio, que fue para un "número redondo", que bañó en millones a Madrid y los niños de San Ildefonso, Rosmeris Valenzuela y Tamara Muñoz, cantaron a las 11:11 de la mañana, casi dos horas después de iniciarse el ansiado y esperado sorteo.

Vender décimos premiados en el sorteo de Navidad es el deseo que esperan los loteros durante años. Ayer se cumplieron los sueños de muchos de ellos, entre ellos el de Soledad Arcega, la empleada de la administración del centro comercial Carrefour de Villaverde, que repartió millones de euros al tocar íntegro el segundo premio de la Lotería de Navidad, el número 78400, en este barrio madrileño. El presentimiento que Arcega tenía desde hace días se vio cumplido ayer.

Según comentó Soledad a los periodistas, el día previo tuvo la corazonada de que iba a repartir un premio y así se lo confesó a una amiga. Soledad dijo a su compañera que, los días antes del sorteo, no estaba nerviosa, pero sí lo estaría el día de la lotería porque iba a salir en televisión.

De hecho, en la mañana de ayer se dijo ante el espejo: "Soledad arréglate que hoy sales en televisión", confesó a Efe.

La Administración número 64 de este centro comercial, situado en el barrio humilde de Villaverde, en el kilómetro 7 de la carretera de Andalucía, ha vendido entre 400 y 500 décimos en ventanilla, premiados con más de 40 millones de euros, y el resto a una empresa editorial que repartió el número entre sus trabajadores. El hipermercado Carrefour no había comprado el número premiado, por lo que duda que de que alguno de sus empleados se haya visto agraciado con el segundo premio.

Así lo explicó, Borja Gómez, un titubeante empleado de la administración que, junto a su compañera Soledad Arcega, aguantaron ayer el chaparrón de cámaras generado por el premio, ya que la propietaria no se encontraba en el local.

La alegría se transformó en tristeza en el caso de Carmen, una mujer que compró uno de los décimos premiados, pero lo metió en el bolsillo de una bata que lavó en la lavadora, según contó ella misma en las puertas de la administración agraciada.

Los comerciantes de la zona y los empleados del hipermercado, al parecer, compraron en esa administración otros números diferentes del 78400, un número "feo" para Rosario Álvarez, la propietaria de la administración, por su terminación en dos ceros, pero que se vendió hasta última hora.

Sin embargo, fueron precisamente los dos ceros los que impulsaron a comprar este número al empleado de la construcción Luis Antonio Rincón, que fue uno de los pocos que acudieron al centro comercial y que explicó que invertirá el premio (100.000 euros) en cubrir pequeñas deudas.

La mayoría de los mil trabajadores de la empresa editorial de Wolters Kluwer, con sedes en Madrid, Barcelona Bilbao y Valencia, resultaron agraciados. "Ha tocado a casi todo el mundo", comentó Cristina Sancho, del departamento de Comunicación, que explicó que habían adquirido dos décimos, uno de ellos el agraciado con el segundo premio, y que está muy repartido.

"Casi todos tienen premio, muy pocos no juegan", incluso algunos han podido adquirir dos boletos, entre algunos de los sobrantes de los que no han querido jugar, añadió. Para Sancho lo más divertido de la jornada fue que los compañeros que estaban ya disfrutando de su turno de vacaciones no se creían que les había tocado el premio "¡que no estamos a 28 de diciembre, que no son los Inocentes!", decían entre risas.

El departamento de recursos humanos de Wolters Kluwer fue el encargado, como en ocasiones anteriores, de adquirir el número de Navidad, que este año ha resultado agraciado con el segundo premio, "100.000 euros por décimo, estamos muy contentos, todo el mundo lo está celebrando, bebiendo champán en los jardines y por los pasillos de la empresa", manifestó Sancho.

En su opinión, aunque este premio "no da para dejar de trabajar", algunos podrán "liquidar sus hipotecas" y en todo caso "es una ayuda bastante fuerte, es fenomenal".

Hubo quien se llevó algún susto en el salón de loterías, fruto de los nervios y del deseo de "ganar algún pellizco". Así, Antonio, un fontanero de 34 años, se sintió "millonario por un momento" al creerse que había ganado el segundo premio para luego descubrir que no, que el premio era para el 78400 y él sólo tenía el 76400.

Enrojecido, acalorado y aún nervioso, Antonio contó cómo fue desde Alicante a Madrid para "presenciar el sorteo en persona por lo menos una vez en la vida" y de pronto escuchó cantar "su" número: gritos, revuelo, avalancha de periodistas y, al final, nada. Acaparó la atención de todos, pero esta vez no pudo ser la próxima se verá, ya que la ilusión nunca se pierde, dijo este fontanero entusiasmado a pesar de no haberle tocado nada.

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