España

"Mi hijo y dos amigos formaron un comando, pero él nunca ha asesinado"

  • Aguantó al pie del cañón cuando los atentados se contaban por decenas, luego su hijo se hizo etarra y ahora le dedica "a corazón abierto" un libro esperanzado en volver a verlo, "reprenderle y darle un gran abrazo"

Soportó estoico como gobernador civil de Guipúzcoa esos años de plomo en los que ETA mataba casi todas las semanas y en el verano del 1991 le atravesó el corazón la noticia de que a su hijo le estaban buscando por pertenecer a un comando de la banda. Casi cinco lustros después, Goñi Tirapu ha decidido escribirle una carta de amor en forma de libro llamada Mi hijo era de ETA con la esperanza de volver a verlo y hasta reconciliarse.

-¿Qué le ha hecho decidirse ahora a escribir este libro y romper el silencio?

-El final de ETA. Cuando me entero que la banda terrorista dice que deja de matar, me lo creo. Y en ese momento, que esto ha terminado, decido escribir el libro. Tenía pensado escribirlo antes pero no pude, no tenía fuerzas y no había llegado todavía seguramente el momento.

-Debe haber sido difícil reabrir de nuevo heridas del pasado, ¿no?

-Es muy difícil para mí. Es mi hijo. Cuando todos tenemos un dolor de cualquier tipo, sobre todo moral, tratamos de tener fuerzas para tratar de ocultarlo para que no nos haga sufrir. Y he creído que durante esos veinte años que he estado tratando de apartar este dolor, ya estaba solucionado, y esos vendajes que me ponía que creía que eran reales, y que habían curado algo, a la hora de quitarlos para escribir el libro, me he dado cuenta de que la herida la tengo en carne viva.

-Su familia quedó destrozada por la banda terrorista ETA.

-No es mi familia la única que ha tenido este problema. Mi familia es un ejemplo. Lo que pasa que como he sido un personaje público, se ha aireado demasiado. Todos han contado la historia de la destrucción de mi familia. Y ahora la cuento desde un punto de vista humano. Es un libro a corazón abierto.

-¿Sintió vergüenza al saber que sus problemas familiares fueran de dominio público?

-En un primer momento sí. Pero, la vida sigue, y qué voy a hacer. No soy responsable de lo que hagan mis hermanos. Ni tampoco de lo que haga mi hijo.

-Otro momento duro fue la agresión de su hermano en el funeral por una víctima de ETA en Rentería como describe en el libro.

-Ese momento es muy duro también, ya que intentan lincharme. Hubo unos fallos de seguridad impresionantes que describo también en el libro. A la salida sentí un golpe en la cabeza, y vi que fue mi hermano quien me lo había tirado. En el momento, no pude reflexionar, pero luego me dí cuenta de la ruptura total de la familia.

-¿Qué le viene a usted a la cabeza al enterarse de que a su hijo le estaban buscando por pertenecer a un comando de la organización terrorista?

-Es muy fuerte. Por un lado, rechazo, y por otro lado, sabía que ese hijo me necesitaba y que seguramente no iba a poder hacer nada para echarle una mano. Intenté hablar con él, pero no pude.

-¿Sabe dónde está su hijo?

-Sí, lo sé. En el sur de Francia. Lo sé a través de familiares.

-¿Qué piensa que pudo incitar a su hijo a entrar en ETA?

-Es el ambiente. En mi familia no ha recibido ningún imput para que sea nacionalista radical, ni nada de eso. Ha sido la calle. Si yo hubiera vivido en Sevilla y mi hijo hubiera nacido aquí, mi hijo no hubiera pertenecido a ETA.

-¿Le reprendería a su hijo algo si pudiera verlo?

-En el libro, le recrimino que no me haya llamado cuando estaba a punto de ser asesinado. Volvería a reprenderle. Le diría que no puede ser, que no hay derecho a lo que me ha hecho. Y luego, le daría un abrazo muy grande. También, le reprendería por pertenecer a los asesinos. Mi hijo ha estado con ellos, pero no ha asesinado nunca. Eso es importante que se sepa.

-¿Se sintió libre al abandonar el cargo de gobernador civil en Guipúzcoa e irse a Madrid?

-Empecé a sentir lo que era libertad que no había conocido todavía. Saborear la libertad es lo más maravilloso del mundo.

-Señala en su libro que el ambiente en Guipúzcoa estaba envenenado.

-Había ciertos ambientes, no todos los ambientes eran iguales. Había ambientes seguramente en donde vivía mi hijo, esto es una hipótesis, que estaban envenenados. Amigos suyos constituyeron un comando de ETA. Fueron tres: mi hijo y otros dos amigos.

-¿Qué le parece la legalización de Sortu?

-Creo en las instituciones democráticas de este país. Si no hubiera instituciones democráticas esto sería una locura. Y el Tribunal Constitucional es una institución democrática de este país y hay que apoyarle.

-¿Y el programa de reinserción de etarras que ha puesto en marcha el Gobierno de Rajoy?

-La reinserción está en la Constitución. Es la ley más importante de los españoles, y no está inventado por Rajoy ni Zapatero. La reinserción es el objetivo de las cárceles, y las leyes que desarrollan ese mandato que dice la Constitución, dicen exactamente lo que hay que hacer.

-¿Se siente culpable por la militancia de su hijo a ETA?

-Desde el principio, todos nos sentimos culpables. Pero no puedo hacer que mi hijo viva en una sociedad idílica en el País Vasco, porque es mentira. No me siento responsable de las atrocidades de ETA, ni de cómo vive la sociedad.

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