España

La fiesta se politiza

  • Dos o tres diputados nacionalistas tienen en sus manos el futuro de los espectáculos taurinos en Cataluña, un debate que ha propiciado que Aguirre los declare un Bien de Interés Cultural, y de otros

Lo tuvo claro Esperanza Aguirre: el Consejo de Gobierno del pasado jueves era el día indicado para debatir la propuesta que habían abordado en ocasiones anteriores: declarar la fiesta de los toros un Bien de Interés Cultural.

Lo decidió casi sobre la marcha, cuando leyó las noticias sobre el debate del Parlamento catalán en el que los detractores de la fiesta sacaron un estoque, compararon el espectáculo taurino con la ablación femenina, con la violencia de género y con las torturas. Propuso aprobar en ese mismo día la propuesta, se cargó de argumentos para justificarla -Hemigway, Picasso, Welles, Lorca…- y salió a la palestra, a explicar a los periodistas, por qué la Fiesta es un bien cultural.

La presidenta madrileña, que no se corta un pelo como ha demostrado sobradamente en sus años de gestión, no dudó cuando un periodista le pidió que se hiciera una fotografía con un capote en la azotea del edificio de la Asamblea de Madrid. Tampoco se cortó horas más tarde cuando Iñaki Gabilondo le tendió una montera al hacerle una entrevista en televisión y cuando otros periodistas le solicitaron nuevamente una foto con un capote, esta vez en su despacho. Sus declaraciones fueron todas en el mismo sentido, que además le salían sinceras porque es una taurina convencida, por sí misma y por tradición familiar: la Fiesta de los toros es algo que forma parte de la cultura de España, y así es aceptado en el mundo. Y desde luego rechaza de plano la interpretación de que con esa iniciativa, con ese gesto, con esas fotografías que han acaparado varias portadas, pretenda quitarle el sitio a Rajoy, como apuntaba algún analista. En eso es creíble: cuando ha querido cuestionar el liderazgo de Rajoy lo ha hecho a cara descubierta, y aún paga las consecuencias.

¿Qué hay detrás de su anuncio? No sólo su entusiasmo por la Fiesta, porque lo suyo es entusiasmo, sino también una fuerte razón económica: solo la plaza de toros de Las Ventas mueve al año 45 millones. Madrid es la tercera comunidad con más presencia taurina, tras Andalucía y Castilla-La Mancha. Las cifras que mueve el toro, la fiesta del toro, la industria del todo, el espectáculo, la ganadería, son reveladoras: 60 millones de personas acuden anualmente a las corridas en España, existen 1.200 empresas especializadas en el toro, se celebran 17.000 festejos al año, la fiesta genera unos 2.500 millones al año. Y para los ecologistas, que tanto se han movilizado en contra de la fiesta, un dato: la industria del toro obliga al mantenimiento de 540.000 hectáreas de dehesa, tierra que sin el toro en un alto porcentaje serían destruidas para destinarlas a otro tipo de negocios.

Y gracias a las dehesas no solamente sobrevive el toro de lidia, sino también el lince ibérico y el águila imperial.

El debate sobre la Fiesta aparece periódicamente en el Parlamento Europeo, a iniciativa de Los Verdes. En el 2006 presentaron una propuesta contraria a las corridas de toros por considerar que se maltrataba a los animales, pero gracias a los eurodiputados españoles que lograron importantes adhesiones de compañeros de otros países no salió adelante, aunque sí la abolición de las peleas de gallos y de perros. En el 2008, el diputado del PP Luis de Grandes fue un paso más allá al crear la Mesa del Toro y la exposición El hombre y el toro en la misma sede del Parlamento Europeo, presentada por el periodista Carlos Herrera y las intervenciones de los toreros Enrique Ponce, César Rincón, Víctor Mendes y Castella. Lograron simpatías y apoyos de docenas de eurodiputados de otros países, que expresaron su reconocimiento a la fiesta española.

Pero Los Verdes no cesan, y en Cataluña presentaron hace meses una iniciativa en pro de la abolición, que apadrinan IC-LV con ERC. De ahí, de esa iniciativa, procede la polémica actual.

El debate se inició esta semana, con intervenciones de los abolicionistas muy tremendistas, que han soliviantado incluso a personas que no son simpatizantes de la Fiesta. Los defensores, de gran nivel, provocaron menos titulares, pero no se sabe quiénes han convencido más. Y ésa es la clave de lo que pueda ocurrir con la Fiesta en Cataluña: dentro de dos semanas continúan las comparecencias y después se inicia el debate parlamentario formal, que acabará con una votación en abril o mayo.

ERC e IC-LV están a favor de la abolición. PP y PSC en contra, pero los dos primeros con CiU podrían aprobar la abolición de la Fiesta en Cataluña. CiU ha dado libertad de voto, pero en este momento, tras dos días de comparecencias, lo que se respira es que los abolicionistas, encabezados por Josep Rull, son suficientes para sumar mayoría con IC y ERC. El portavoz de los taurinos en CiU, Santi Vila, se está volcando para lograr que sus compañeros se pronuncien en contra de la abolición, y la incógnita es saber si va a conseguir llevar votos suficientes a su molino, el de los que defienden la Fiesta. Dos o tres diputados nacionalistas, sólo dos o tres, tienen en su mano el futuro de los toros en Cataluña.

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