España

Los fallos graves del PP

  • La descoordinación entre el PP y los miembros del Gobierno está causando malestar entre algunos ministros y algunos dirigentes, lo que se agrava con la batería de ruedas de prensa y comparecencias que diseña Rubalcaba

AZNAR, cuando ganó las elecciones, tuvo muy claro que era fundamental mantener el partido coordinado con el gobierno. Llevó a la vicepresidencia política al secretario general Álvarez Cascos, con lo que tenía asegurado lo segundo, y nombró a un casi desconocido Ángel Acebes coordinador del partido, al que dedicaba todas las horas del día.

Mariano Rajoy decidió sin embargo que continuara en la secretaría general María Dolores de Cospedal manteniendo la presidencia del Gobierno manchego, y accedió a su deseo de que no hubiera coordinador en el partido. Además, en el congreso de Sevilla se hicieron importantes cambios en la cúpula que dejaron fuera de los centros de decisión a personas que conocían el partido en profundidad -Juan Carlos Vera, por ejemplo, un eterno puntal de la organización interna en Génova 13-, se desplazó de la portavocía a un González Pons que ya se había hecho con la comunicación para meter a su segundo de bordo, como secretario de Organización, un novel Carlos Floriano que intenta aprender a toda velocidad cómo se gestiona esa área; y que mientras aprende ha provocado ya alguna disparidad de criterio con un par de ministros, causando desconcierto y malestar entre esos ministros y algunos dirigentes.

La situación es grave, con fallos continuos que deterioran la imagen de seguridad que debe transmitir todo Gobierno. Los ministros, que no eluden los encuentros con periodistas, que son constantes además de las charlas de pasillo en el Congreso, se sienten contrariados por la situación y sin ningún recato expresan su malestar.

Una situación en la que no quiere involucrarse Mariano Rajoy, lo que desconcierta aún más a sus colaboradores. Porque, dicen y no les falta razón, el partido es absolutamente clave para que el Gobierno funcione. Y ahora mismo deja mucho que desear.

Coincide además la debilidad del PP y su falta de presencia con una mayor actividad del Partido Socialista, dirigido por un auténtico experto en estrategia de comunicación como es Rubalcaba, que tiene entre sus principales colaboradores a quien aprendió técnicas de estrategia política junto a José Blanco, Óscar López. Entre los dos han organizado una batería de ruedas de prensa y comparecencias en medios de comunicación por toda España, mientras que al PP solo se le ha ocurrido … una campaña de publicidad que verá la luz en los próximos días.

En la reunión en la sede central entre la dirección del partido y los responsables regionales, aparte de insistirles en que deben explicar a fondo en sus respectivas circunscripciones el alcance de las iniciativas del Gobierno, como gran proyecto presentó Floriano un hashtag -tema- para que a través de Twitter los ciudadanos presenten ideas, opiniones a las iniciativas del Gobierno. Se llama #verdad. Excesiva obsesión por internet y redes sociales, mientras se dejan en segundo lugar los hábitos habituales.

Si a ello se suma que De Cospedal ha contratado a una periodista sin ninguna experiencia política para que lleve su agenda en Madrid, periodista que no conoce a nadie en la información política, ni la conocen a ella, se comprende entonces que se sientan cargados de razón los miembros del Gobierno a los que los socialistas cuestionan a diario sin que desde el partido se les eche una mano.

Aunque habría que señalar también que a veces son los propios ministros los que no se ponen de acuerdo, el último ejemplo lo hemos tenido en la descoordinación en torno al anuncio del cambio de política respecto a los presos de ETA, que según Rajoy no es tal cambio cuando Jorge Fernández anunció las importantes variaciones respecto a la política anterior.

El departamento de comunicación de Floriano elabora buenos argumentarios que envían a diario a los periodistas que hacen información política y participan en tertulias de radio y televisión, para que comprendan las razones por las que el Gobierno toma determinadas decisiones en áreas tan polémicas como sanidad, educación, gasto autonómico o reforma laboral. Pero más importante que hacer llegar esos mensajes a los periodistas es que sean los propios dirigentes del PP los que expliquen esos proyectos; sin embargo, para desconcierto de los ministros, cuando la hacen con frecuencia sus explicaciones difieren de las que han dado los miembros del Gobierno.

Ha ocurrido por ejemplo con José Ignacio Echániz, responsable del área de Sanidad del PP y consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, que provocó un serio problema a la ministra de Sanidad cuando hizo comentarios sobre las medidas de Ana Mato sin haberlas contrastado previamente, y que no se correspondían con el proyecto que había preparado la ministra. Ante la nueva "carga" del PSOE contra el PP al dar por buenas lo adelantado por Echániz, por los pasillos de Génova 13 se sucedieron los comentarios sobre la imposibilidad de ser consejero en la Mancha y responsable de área en el partido, cuando también la secretaria general compaginaba dos cargos.

Y se dice abiertamente que sería mejor que los altos cargos ocuparan un solo alto cargo. Lo que afectaría a Javier Arenas, al que en la sede central del partido desearían viéndole más centrado en el área Territorial, aunque se mantiene firme en su idea de seguir al frente del PP andaluz y ejercer de líder de oposición al gobierno del tándem Griñán-Valderas.

Mariano Rajoy no parece preocupado por estos problemas, pero debería estarlo. Es el asunto del que más se habla en el Gobierno y en el Partido Popular.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios