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Rajoy, camisa blanca de la esperanza

  • Una charla amable en casa de Bertín con un guión muy diferente al resto de los programas a los que acude convierte al presidente en la estrella de La 1 en la noche del miércoles

ARajoy le bastó un minuto en la casa de Bertín para despojarse de su chaqueta y quedarse descamisado, blanco inmaculado, camisa blanca de mi esperanza, y escenificar su naturalidad en la casa más visitada de La 1. De inmediato el cantante se aferró al cojín, señal de invitar a la relajación, como sucedió con Pedro Sánchez. Pero el dirigente popular optó por sólo inclinarse hacia el sofá. Es decir, confidente pero sin confianza. Sólo casi al final cayó en la tentación de echar mano al cojín. Bertín es irresistible para los cojines.

Rajoy arrancó con su vena de andarín. Entre las confesiones que hizo Rajoy incluyó a Malta entre sus "lugares inverosímiles" de andanzas deportivas y su coincidencia en un gimnasio a solas con Obama en Johannesburgo con motivo del funeral de Mandela. Para ser un presidente que quería hablar con los 46 millones de españoles poco se le ha notado. Ahora vienen las prisas. Recorrer Andalucía casi a lo loco, recogiendo el sobre con las quejas del alcalde gaditano, Kichi. Rajoy hablaba de la geografía andaluza como excursiones exóticas cuando su niñez y juventud tiene un marcado sabor norteño y de vivencias espartanas. En el repaso por su periplo sevillano pronunció Olula del Río como si fuera un pueblo de Laponia. Bertín, el anfitrión, era la primera vez que escuchaba el nombre de Olula. Así es En la tuya o en la mía, el programa del cantante jerezano que recibió ayer al líder del PP. La de anoche fue una charla banal, con la intención posmoderna de hacer humanos y cercanos a los políticos. Con un Bertín que en nada se asemeja al de entregas anteriores. Alejándose del ritmo de otros programas más espontáneos y también más guionizados, esta charla de Bertín fue más bien un cara a cara con un presidente con ganas demostrar su lado más cariñoso. La charla sucedió en el salón y en la cocina entre la empanada inventada por su suegra, mejillones, aceite y albariño, disculpándose por no saber encender la vitrocerámica. Como colofón, ya con la chaqueta puesta, una partida al futbolín entre preguntas muy distendidas.

Entre sus recuerdos de infancia destaca su etapa en León. Un lugar donde descubrimos que Zapatero era un niño muy listo y como recalcó Rajoy, formado en un colegio de monjas. Entre sus recuerdos juveniles estaba su esforzada trayectoria estudiantil hasta ser registrado de la propiedad, sus vivencias como parlamentario gallego y la pelea de dos periodistas sobre la capitalidad de esa comunidad. El candidato popular a la presidencia, entre fotografías familiares, continuó con los recuerdos hacia su venerable padre, que vive con él. Tras mostrar su admiración hacia su progenitor recordó a su madre, fallecida hace unos años. Pero su confesión más emocionante de la noche fue el recuerdo a su hermano fallecido 2014. Conmovedor también el relato sobre su accidente de coche, "culpable" de que tenga barba. Entre sus recuerdos también estuvo Adolfo Suárez, aprovechó su figura tan apropiada por Albert Rivera y Ciudadanos para mostrarle su admiración y su cariño histórico. Durante la hora y media que duró el programa el presidente del Gobierno aprovechó para hacer campaña de una forma muy diferente a la que acostumbra, una intervención que seguro será de las más destacadas de las que hará hasta el 20 de diciembre.

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