El presidente Zapatero inicia el curso político huyendo de la palabra crisis. Él prefiere hablar de frenazo, que además tiene origen externo y afecta a todas las economías de la Unión Europea y de la zona euro. "Tenemos por delante unos meses con dificultades", reconoció ayer en una entrevista concedida a Telecinco, en la que anunció su intención de comparecer en el Parlamento a petición propia para explicar la situación económica.

Zapatero aseguró que la recuperación llegará en la segunda mitad del año 2009 "según las previsiones de los organismos internacionales", aunque señaló que "podría producirse antes" si el precio del petróleo sigue bajando. ¿Por qué? "Bajan los precios y deja una puerta abierta a rebajas en los tipos de interés". En todo caso, Zapatero insistió en que en estos momentos "difíciles", el Gobierno no va a recortar el gasto social y reiteró su compromiso "con quienes no tienen empleo y con las rentas más bajas".

Frente a quienes critican que el gasto social no es productivo, Zapatero alegó que las becas y las ayudas a las rentas bajas para la adquisición de vivienda sí son productivas.

Por otra parte, el presidente trató de minimizar el mal dato del paro (11,4% de la población activa) recordando que en el 2000 estábamos en un 13,9%, que tenemos dos millones más de trabajadores que hace una legislatura y que el desempleo se encuentra en "las zonas más bajas de los gobiernos democráticos". ¿Optimista o pesimista más informado?, le preguntan. "Tengo la confianza de que la sociedad española puede afrontar estas dificultades". Además, Rodríguez Zapatero reiteró su voluntad de pactar con los sindicatos y con los empresarios las políticas de creación de empleo en el marco del diálogo social que se va a retomar hoy mismo.

Poco después de conocerse el anuncio de la próxima presencia de Zapatero en el Congreso, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, aseguró que la comparecencia, que se producirá previsiblemente la próxima semana, demuestra que el presidente del Gobierno "no quiere rehuir los debates" sino afrontar la coyuntura "de forma serena y positiva".

Blanco señaló que la situación económica y las medidas para proteger a familias, parados, jubilados y empresas ante la crisis marcarán el inicio del nuevo curso político, e ironizó con la "incoherencia" de las medidas propuestas por los populares, que piden austeridad y recorte del gasto público sin renunciar a incrementos en partidas presupuestarias y con reducciones de impuestos, señaló. El dirigente socialista fue más allá al referirse a las palabras pronunciadas la víspera por el presidente del PP, Mariano Rajoy, quien calificó al Gobierno como "agotado y antiguo", y asegurar que es el propio Rajoy quien parece "más que agotado" y es "una persona con pocos principios" que únicamente hace propuestas "de quita y pon".

Mientras tanto, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, destacó que la comparecencia de Zapatero "llega tarde" y pidió "menos palabras y más actuaciones" para hacer frente a la crisis y afrontar la subida del desempleo.

Por su parte, Rajoy acusó al Gobierno, en una entrevista concedida a Punto Radio, de no haber hecho nada para afrontar la crisis confiando en que las cosas "se arreglan solas". El líder del PP afirmó que solucionar la crisis económica será una de las prioridades básicas del PP, y apuntó que también debería serlo para el Ejecutivo, "si actuara con sensatez y sentido común".