La ex vicepresidenta primera del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega, tomó ayer posesión como consejera permanente de Estado en un acto en el que ratificó su compromiso con los ciudadanos, con la democracia y con la lucha por la igualdad.

El acto de toma de posesión fue presidido por su sucesor en la vicepresidencia primera, Alfredo Pérez Rubalcaba.

"El Estado es un invento delicado al que no le convienen ni convulsiones sísmicas ni las temperaturas ardientes, ni la confusión del plano de la sociedad con lo estrictamente estatal, ni la mezcla de funciones que les son propias a las instituciones que lo integran", afirmó De la Vega, que apuntó que precisamente a esta configuración del Estado responde la existencia de un órgano consultivo como el Consejo al que se incorpora, cuya "independencia de juicio no quiere decir indiferencia sino más bien lo contrario".

La ex número dos del Gobierno de Zapatero ratificó su compromiso con los ciudadanos, con la democracia y con la lucha por la igualdad.

A la toma de posesión asistieron cinco ministros: José Blanco (Fomento), Ramón Jáuregui (Presidencia), Valeriano Gómez (Trabajo), Francisco Caamaño (Justicia) y Ángeles González-Sinde (Cultura).

Asimismo, el presidente del Congreso, José Bono; el del Tribunal Supremo, Carlos Dívar, y la del Constitucional, María Emilia Casas, arroparon a De la Vega junto a numerosos secretarios de Estado y parlamentarios como el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra.

La nueva consejera de Estado señaló en su discurso que el "rechazo hacia la injusticia y el deseo de defender la causa de las que la padecen" ha marcado buena parte de su trayectoria profesional y son los valores que la han llevado al Consejo de Estado. "Asumo mi responsabilidad en el Consejo de Estado decidida a trabajar por los ciudadanos", manifestó De la Vega, quien afirmó que siempre se ha esforzado por que sus actos se correspondieran con sus principios.

El Consejo de Estado es el supremo órgano consultivo del Gobierno, aunque sus opiniones no son vinculantes. Es además una de las instituciones más antiguas de España, con más de cinco siglos de historia. Sus antecedentes se remontan al Aula Regia de la monarquía visigoda, pero fueron los Reyes Católicos los que crearon el Consejo Real, en 1480. En 1521, Carlos I suprime los distintos Consejos privados y secretos e instituye el Consejo Secreto de Estado, que al año siguiente pasa a denominarse Consejo de Estado, denominación que ha mantenido hasta nuestros días.