Tomás Gómez se proclamó ayer vencedor del XII Congreso Regional que los socialistas madrileños celebran en el Hotel Auditorium de la capital revalidando así por cuatro años más el cargo de secretario general del PSM que ostenta desde el verano de 2007.

En concreto, la candidatura de Gómez se hizo con 562 votos de los 963 delegados del Congreso Regional, lo que supone un 59,22% de los apoyos, mientras su contrincante Pilar Sánchez Acera, obtuvo 387 (40,78%).

Gómez suma una nueva victoria a su currículum. La primera tuvo lugar en el Congreso extraordinario de julio de 2007, cuando se impuso a los otros candidatos -José Cepeda y Manuel García-Hierro- sustituyendo a Rafael Simancas. Meses después, en septiembre, revalidó el cargo en un congreso ordinario.

Con estos resultados Gómez mejora los resultados obtenidos en la última cita interna, que fue el congresillo previo al Congreso de Sevilla, en el que se hizo con el 55,3% de los votos frente al 44,7% que logró la lista que encabezaba Jaime Lissavetzky en favor de Alfredo Pérez Rubalcaba.

A la espera de la confección de la Ejecutiva de la que se rodeará los próximos cuatro años, Gómez insistió en las últimas semanas en que, tras conocerse el resultado del Congreso, es el momento de la unidad y de que todo el partido tenga una única voz para tratar de recuperar la confianza de los ciudadanos de Madrid.

Gómez, nacido en Enschede(Holanda) el 27 de marzo de 1968, hijo de emigrantes y repatriado en Parla, es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad Complutense de Madrid, donde se especializó en Política Monetaria y Sector Público. A su llegada a la secretaría general socialista se puso como reto sacar adelante al partido, traumatizado por el tamayazo, donde la oscura traición de dos diputados socialistas hizo que en una simple votación parlamentaria se esfumara el sueño socialista de gobernar en Madrid. A eso habría que sumar dos derrotas electorales.

No obstante, nada más llegar Gómez a la cabeza del PSM los críticos hicieron su aparición. Tenía su sede en la Asamblea de Madrid, uno los sectores díscolos que más continuidad ha tenido a lo largo de estos años, a pesar de que en las citas internas Gómez siempre lograba una mayoría aplastante. Los entonces conocidos como simanquistas ocupaban los cargos institucionales y se lo hicieron notar a Gómez en momentos decisivos, como la batalla en Caja Madrid o en los momentos previos a citas internas como Comités Regionales. No obstante, nunca llegaron a presentar un candidato alternativo.