Cataluña

Sánchez rectifica con la mesa bilateral por la presión de ERC

  • El presidente recula tras ver a Rufián e iniciará el diálogo entre administraciones antes de las elecciones catalanas

Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno, posa ayer en Madrid en la  inauguración del Memorial en homenaje a los españoles fallecidos en Mauthausen.

Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno, posa ayer en Madrid en la inauguración del Memorial en homenaje a los españoles fallecidos en Mauthausen. / eduardo parra / ep

Pedro Sánchez va y viene. O, mejor dicho, va o viene. El presidente del Gobierno se ha acostumbrado a que el valor de la palabra, suya o de un miembro de su gabinete, es mínimo y ésta puede variar en cuestión de horas. Con cuatro años por delante si logra dar luz verde a los Presupuestos Generales del Estado, el jefe del Ejecutivo juega en el alambre con los independentistas catalanes, como quedó demostrado este jueves.

Sánchez rectificó su intención inicial de posponer la mesa de negociación con la Generalitat para después de los comicios catalanes, y tras reunirse con el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, admitió que dicha mesa se constituya antes de la cita electoral.

Calvo dejó en el aire la reunión de Sánchez y Torra hasta que Moncloa también la contradijo

Siete horas después de anunciar su intención de mantener la reunión de Sánchez con el presidente de la Generalitat, Quim Torra, pero posponer la mesa hasta que haya un nuevo Govern, el Ejecutivo cambió de posición. Y lo hizo tras una tarde convulsa en la que, entre otras cosas, ERC advirtió de que los socialistas incumplirían de forma flagrante el acuerdo entre ambos si no ponían en marcha el diálogo entre administraciones.

El presidente se vio en La Moncloa con el portavoz de Esquerra en el Congreso, Gabriel Rufián, y el encuentro tuvo el efecto esperado para los republicanos: habrá mesa y será antes de los comicios, que se celebrarán antes de lo previsto, según anunció en el víspera Torra.

Este episodio comenzó a mediodía cuando el Gobierno informó de su intención de mantener la reunión entre Sánchez y Torra para el próximo jueves pero posponer la mesa negociadora sobre Cataluña hasta que haya un nuevo Govern. La idea del Ejecutivo de aplazar la mesa -punto clave del acuerdo entre el PSOE y ERC que llevó a los 13 diputados republicanos a abstenerse para permitir, hace poco más de tres semanas, la investidura de Sánchez- llegó un día después de que Torra diera por finiquitada la legislatura y convocara elecciones en unos meses tras la aprobación de los Presupuestos catalanes.

En esta situación de provisionalidad política en Cataluña, con el Gobierno de JxCat y ERC fracturado a raíz de la pérdida del acta de diputado de Torra, el Ejecutivo defendía esperar a que se clarifique el panorama político catalán para dar luz verde a la mesa prevista en el pacto de investidura.

Las elecciones anticipadas no tienen aún fecha, aunque la tramitación parlamentaria de los presupuestos de la Generalitat para este año obliga a esperar como mínimo hasta mayo -o muy probablemente hasta junio- para poder celebrarlas. "Cuanto antes se celebren las elecciones y haya nuevo Govern, antes iniciaremos el diálogo", señaló a mediodía Moncloa.

Desde el Gobierno confirmaron no obstante que sí era posible la reunión con Torra por entender que el anuncio de elecciones no impedía "la necesaria relación entre administraciones para resolver" otros "problemas urgentes de la sociedad catalana" y poner como ejemplo las consecuencias de la borrasca Gloria.

Y anunciaron que Sánchez prolongará su visita a Barcelona un día más para completar su agenda con reuniones con la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, y con la presidenta de la Diputación de Barcelona, Núria Marín.

La respuesta de ERC no se hizo esperar: "Aplazar la mesa de negociación entre el Gobierno español y el Govern es un incumplimiento flagrante del acuerdo entre ERC y el PSOE para la investidura", denunciaron los republicanos, cuyo acuerdo con los socialistas preveía constituir esa mesa a los 15 días desde la formación del Gobierno de España.

ERC además exigía que Sánchez y Torra fijen una "fecha para que la mesa entre gobiernos se reúna de manera inminente".

Por su parte, Torra se mostraba "convencido" de que Sánchez "no excluirá ningún contenido" -como el derecho a la autodeterminación o una amnistía- en la reunión del jueves.

El giro del Ejecutivo llegó siete horas después de su primer mensaje. En una nueva comunicación a los medios, Moncloa rectificaba y subrayaba su disposición de constituir la mesa de diálogo antes de las elecciones catalanas.

Por la mañana, la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, sorprendía al dejar en el aire el encuentro entre Sánchez y Torra al afirmar que esa cita, "de producirse", tendría que ser para hablar de los problemas de los catalanes y no de la autodeterminación y la amnistía de los presos, como pretende Torra. Pero apenas una hora y media después, Presidencia del Gobierno confirmó a través de un comunicado la previsión de la reunión con Torra, pero aplazaba en cambio el inicio del diálogo. Al final, también hubo de rectificar el Gobierno con este asunto.

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