Rusia acusó ayer a EEUU y la OTAN de equivocarse de enemigo en la lucha contra el terrorismo yihadista después de que impidieran que la flotilla rusa con rumbo a las costas sirias recalara la semana pasada en el puerto de Ceuta.

"Es hora ya de que nuestros colegas occidentales decidan contra quién luchan en realidad: contra los terroristas o contra Rusia", dijo el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú.

Shoigú destacó el hecho de que el paso de la flotilla rusa encabezada por el único portaaviones de la Armada rusa, el Almirante Kuznetsov, causó "revuelo" entre los países occidentales a su paso por el Canal de la Mancha o el Estrecho de Gibraltar.

"Pero lo que nos sorprendió especialmente es la postura de ciertos países que, bajo la presión de EEUU y la OTAN, anunciaron públicamente su negativa a permitir la entrada de nuestros barcos en sus puertos", dijo, en clara alusión a España.

En realidad, las autoridades españolas nunca se negaron a autorizar dicha escala, sino que pidieron aclaraciones sobre si los buques participarían en acciones militares en Siria, tras lo que la parte rusa retiró su solicitud.

"Por lo visto, nuestros socios entienden de este modo su aporte a la lucha contra el terrorismo internacional en Siria. ¿Quizás han olvidado a manos de quién murieron inocentes en los atentados en Bélgica, Francia, Egipto, Iraq y otros países?", se preguntó el ministro.

Según fuentes oficiales españolas, el puerto de Ceuta ha recibido el atraque de 60 buques de la Armada rusa desde abril de 2010, la última vez, el 16 de octubre.

El Almirante Kuznetsov, el buque insignia de la Armada rusa, transporta cazas MiG-29, que podrían ser utilizados para bombardear las posiciones del Frente de la Conquista de Levante (antiguo Frente al Nusra, asociado a Al Qaeda) en Alepo.