El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidió ayer una mayoría fuerte para su partido, el PP, para que no haya un Parlamento en el que las fuerzas de oposición se sumen e "impidan gobernar" al partido que ha ganado las elecciones.

Rajoy clausuró en Lorca el congreso de Nuevas Generaciones del PP de Murcia, en una jornada de precampaña en la que también visitó el municipio almeriense de Huércal-Overa. Rajoy reiteró su mensaje de que el PP es un partido "serio" que da estabilidad frente a otras opciones. Sin citar a ninguno, insistió en que los "enemigos" de la recuperación económica que ya está en marcha son por un lado "los que trajeron la mayor crisis vivida en décadas", en alusión al PSOE y, por otro, "los experimentos", en referencia a Ciudadanos y Podemos.

En un momento en el que ninguna encuesta otorga al PP mayoría absoluta y todas auguran que los populares tendrán que pactar para gobernar, Rajoy pidió una mayoría fuerte: "No queremos un parlamento donde los gobiernos no puedan gobernar porque todos se pongan de acuerdo", dijo.

Por otro lado, y a dos días de que el Parlament catalán debata la moción de los partidos soberanistas que apuesta por iniciar el proceso de ruptura con España, el jefe del Ejecutivo volvió a insistir en que la ley está de parte de los "demócratas" y el Estado cuenta con todos los recursos necesarios para frenar el "chantaje" independentista.

Los secesionistas "no van a romper nada" ni van a conseguir "ni uno solo de sus objetivos", aseguró Rajoy, que pidió pero también garantizó "tranquilidad", además de volver a prometer que la respuesta al "desafío" que se plantea se hará "con templanza y con determinación, con firmeza pero también con proporcionalidad".

"Se está jugando con algo muy importante, con España, no lo vamos a aceptar y tenemos a favor la Constitución y la ley, que es la expresión de la voluntad de la mayoría" de los españoles, sentenció. Y auguró que "no va a haber ni fracturas ni dramas".

En la jornada, el presidente del Gobierno se dio también un paseo por la localidad almeriense de Huércal-Overa entre aplausos, besos y fotos. Una imagen que se repetirá en las próximas semanas porque los populares han diseñado una campaña para Rajoy más centrada en pueblos que en los tradicionales grandes mítines.