España

Rajoy, dispuesto a dialogar sobre Cataluña

  • El presidente matiza que el Ejecutivo "no puede aceptar" una consulta que el Parlamento y el Constitucional han dicho que es contraria a la Carta Magna.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha afirmado que está dispuesto a dialogar sobre el proceso soberanista catalán y ha calificado la consulta convocada por la Generalitat de "problema político de gran envergadura".

En una entrevista en la cadena Ser, Rajoy ha señalado que el Ejecutivo "no puede aceptar" una consulta que el Parlamento y el Tribunal Constitucional han dicho que es contraria a la Constitución. No obstante, ha afirmado que espera que por la vía del diálogo y del sentido común se pueda resolver este "problema político de gran envergadura". El presidente del Gobierno ha apuntado, preguntado si se contempla reformar la Constitución, que siempre que se abre un proceso así hay que saber "dónde se va".

Tras apuntar que no es contrario a reformar la Constitución, sí ha dejado claro que "si alguien quiere reformarla es importante que se diga qué se quiere hacer" y ha recordado que él mismo apoyó su reforma en dos ocasiones, la última bajo el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. "El diálogo no se rompe nunca", ha subrayado Rajoy al ser preguntado al respecto. "Estoy abierto a escuchar. Estoy dispuesto a dialogar, pero si es para que yo tenga que decir que sí a una cosa a la que el Parlamento y el Constitucional ha dicho que no, me lo ponen imposible", ha destacado, antes de afirmar que nunca se le ha caracterizado por ser una persona "intransigente" con la que "no se pudiera hablar".

Caso Bárcenas

El también presidente del PP ha insistido en que "desconocía absolutamente" que existiera una contabilidad B en su partido y ha dicho que respetará lo que decida el juez del caso Bárcenas. "Es un tema que no me gusta nada. Nada mejor me pudiera haber pasado que no hubiera ocurrido", ha asegurado al ser preguntado por la investigación judicial por la supuesta existencia de una contabilidad B que manejaba el ex tesorero del PP Luis Bárcenas. El jefe del Gobierno ha apuntado que espera que el juez tome una decisión "ajustada a derecho" y que él respetará lo que decida.

Preguntado por si no cree que se debería abrir una investigación interna, Rajoy ha recordado que, cuando se conocieron los papeles de Bárcenas, pidió explicaciones en el partido y "no lo saben". "No estaban en la contabilidad del partido. Eran papeles que los demás desconocíamos", ha subrayado, antes de señalar que el Gobierno ha puesto en marcha una serie de iniciativas legislativas contra la corrupción "para que estas cosas no vuelvan a producirse nunca". Ha insistido en que ya dio explicaciones públicas "en el sitio donde hay que darlas", el Congreso de los Diputados y ante su propio partido. Preguntado por el mensaje que envió al teléfono móvil de Bárcenas en el que le pedía que fuera "fuerte", Rajoy ha respondido que entonces "no conocía las cosas que ahora conocemos todos". El presidente del Gobierno ha destacado que el ex tesorero estuvo unos 30 años en el PP y "nadie sabíamos lo que hemos conocido después", por lo que su relación con Bárcenas era "normal". "Desgraciadamente las cosas son así", ha apostillado.

Rajoy ha destacado que tiene la certeza de que su partido no se financió irregularmente y de que "todos los documentos enviados al Tribunal de Cuentas son la contabilidad del PP". Acerca de si algún otro miembro del partido ha manejado dinero negro, ha dicho: "Que yo sepa no".

Hacia una tercera legislatura

El presidente ha asegurado que no está pensando en su "relevo" y ha recurrido a su propia leyenda cuando se le ha preguntado si, como su antecesor José María Aznar, aspirará sólo a dos mandatos: "Todo el mundo dice que tomo las decisiones a última hora, así que no les voy a quitar la razón, y por tanto esperaremos a última hora". Rajoy ha dicho que, "con franqueza" no ha decidido aún si seguirá los pasos de Aznar -y de Rodríguez Zapatero- retirándose después de una segunda legislatura en la Moncloa, si vuelve a ganar las elecciones. Eso sí, ha hecho hincapié en que "a estas alturas" de su vida política no piensa en sí mismo, sino que su único objetivo es "hacer las cosas bien en beneficio de los españoles", después de haber estado ocho años en la oposición -"no fueron tiempos fáciles", ha reconocido- y de haber llegado al Gobierno en un momento "difícil".

"Creo que he sabido mantener mi independencia, he sido muy criticado y lo entiendo, y lo voy a seguir siendo en el futuro, pero me he marcado un camino que pasa por conseguir la recuperación económica en el país y por conseguir que haya más personas a las que le vaya bien y se sientan contentos y sean felices", ha asegurado, remachando: "a estas alturas de mi vida, créame que no pienso en mí".

El jefe del Ejecutivo se ha mostrado "esperanzado" por la evolución de los datos del paro, y ha afirmado que no se puede ser un "optimista absurdo", no "avalado por la realidad", pero tampoco "un cenizo". Rajoy ha enviado el mensaje de que España "está saliendo" de la crisis y "está cambiando a mejor", y que eso "debe ser un estímulo". Y además, ha elogiado la sanidad española -"tenemos cierta tendencia a castigarnos a nosotros mismos"- y ha subrayado que el país tiene una industria diversificada, frente a la "tontería importante" de pensar que España es un país de turismo y construcción.

Y además, ha dejado claro que cree "firmemente en la reforma laboral" y que no va a "retirar" el anteproyecto de ley del aborto, sino a "hablar" en su tramitación. 

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