El presidente del PP, Mariano Rajoy, prometió ayer que él nunca congelará las pensiones y que potenciará la Ley de Dependencia para que disponga de la financiación adecuada y se aplique por igual en todas las comunidades autónomas.

Éstos fueron algunos de los compromisos que lanzó el líder de los populares en el acto de clausura de una conferencia sobre mayores en Ciudad Real.

Como reto principal, se impuso la creación de empleo, y después, aunque no menos importante, que la Ley de Dependencia "no sea papel mojado", ya que el Ejecutivo actual le ha dedicado "mucha demagogia y muchos telediarios", pero no dota la norma de la financiación adecuada. También se comprometió a no congelar "nunca" las pensiones.

De esto último no dio muchos más detalles, salvo que aboga por alargar la vida laboral con incentivos siempre que la persona así lo quiera y que para preservar un buen modelo de pensiones tiene que haber puestos de trabajo y cotizantes, de ahí que su gran prioridad sea dinamizar el empleo.

Rajoy aprovechó la ocasión para reprobar la actitud de José Luis Rodríguez Zapatero en este ámbito, pues le acusó de "saltarse" el Pacto de Toledo y de no hacer caso de las recomendaciones del PP para que ahorrara en otras partidas, no en las pensiones.

Su objetivo principal con la Ley de Dependencia será hacerla funcionar como "un instrumento útil", para lo que es imprescindible, dijo, su "armonización".

"No queremos 17 leyes diferentes; creemos en la igualdad de todos, queremos que haya los mismos baremos de evaluación en todas las comunidades y que los servicios sean equitativos y de calidad", recalcó el líder del PP.

Rajoy subrayó que el Partido Popular apuesta por una educación y una sanidad públicas, universales y gratuitas, así como por un sistema de pensiones retributivas, ya que son "los tres pilares básicos" del bienestar.