La crisis del pp Gallardón arropa al número uno entre gritos de dimisión de una minoría de la militancia

Rajoy avisa de que no va a "tirar la toalla"

  • El líder del PP mantiene su candidatura "aunque algunos intentan que no me presente" e insta a los díscolos a "dar un paso adelante" · Defiende el diálogo "con todos" y "adaptarse" a la nueva realidad

Justo cuando las protestas arreciaban a la misma puerta de la sede de la madrileña calle de Génova con gritos de "Rajoy dimisión", el líder del PP pronunciaba en el interior del edificio el discurso más contundente y sólido de las últimas semanas, en un momento en el que su formación vive convulsa por las salidas de María San Gil y José Antonio Ortega Lara. Rajoy, que recibió en la sede nacional a decenas de alcaldes de su partido, advirtió a los críticos de su formación que "no voy a tirar la toalla" ni a "dejar en la estacada" a la "inmensa mayoría" de dirigentes que le han pedido que siga al frente del partido.

El presidente del PP quiso lanzar así un mensaje de firmeza y fortaleza cuando crecen las dudas sobre la disposición de su ánimo, una vez conocidos el abandono de San Gil y la baja de militancia del ex funcionario de prisiones burgalés, uno de los símbolos de la militancia popular. Tan sólo horas después de que el sector duro del PP, encabezado por el propio José María Aznar, Esperanza Aguirre y Ana Botella, expresaran en voz alta su disgusto y malestar con la actual dirección por estas dos salidas, Rajoy aprovechó un acto con alcaldes y presidentes de diputación, en el que se hizo arropar por Alberto Ruiz-Gallardón, para apuntalar su candidatura y su proyecto.

"Voy a presentar mi candidatura y no voy, que es lo que pretenden algunos desde fuera, a tirar la toalla. Tengo la fortaleza suficiente y me siento apoyado por una mayoría de mi partido", enfatizó. Rajoy fue, incluso, más allá cuando aseguró que "sería muy importante" que si alguien quiere disputarle el liderazgo del PP "diera un paso adelante". "Porque yo -advirtió- no estoy en este momento enfrentándome con ningún candidato, sino que hay una serie de personas que están intentando que no me presente". "Y eso no va a suceder", apostilló.

Rajoy reconoció que el PP está pasando "por momentos de incertidumbre, difíciles y dolorosos" y que es "consciente" de ello, pero se mostró convencido de que "lo vamos a superar". "Voy a luchar por un partido unido y por la integración", dijo, comprometiéndose a hacer "un equipo representativo del partido".

El líder popular insistió en que su partido no tiene un debate sobre sus principios y valores. "No vamos a cambiar de principios, pero hemos de integrar a las formas distintas de ver la vida. Hay que contar con todos pero no podemos estar sin modificar absolutamente nada", dijo, al defender la necesidad de "adaptarse" a los cambios que protagoniza la sociedad. "Este es un partido reformista y eso significa que tenemos que adaptarnos constantemente a la realidad", explicó.

Ante tres decenas de alcaldes de su partido, Rajoy volvió a dibujar la idea que tiene del futuro PP. Defendió la necesidad de que sea un partido "independiente", que ofrezca al Gobierno acuerdos de Estado, que atienda los problemas reales de la gente y que tenga capacidad de interlocución con el resto de las fuerzas políticas.

"El PP tiene que estar dispuesto a hablar con todos. Una cosa es hablar y otra renunciar a nuestros principios, cosa que no vamos a hacer", indicó, al recordar las alianzas que José María Aznar impulsó en 1996 con PNV y CiU.

Además, defendió el apoyo que está brindando en la actualidad a Zapatero en materia de política antiterrorista. "Si el Gobierno rectifica y no vuelve a negociar con ETA y es contundente en la lucha contra el terrorismo y hay eficacia policial es absurdo que el PP no apoye al Gobierno", recalcó. Asimismo, sin citar a San Gil, reiteró que la "prioridad" en el País Vasco es "la recuperación de la libertad y la derrota de ETA", y no "modificar estatutos".

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