España

Rajoy apuesta por la ley del silencio

  • El líder popular recomienda "no decir nada" sobre la espantada de San Gil de la ponencia política "para no meterse en líos" · Los otros dos autores del texto dicen que la dirigente vasca lo suscribe "al 100%"

La polvareda desatada en el PP por la decisión de María San Gil de abandonar la ponencia política del XVI Congreso estaba aliñada por el silencio de Mariano Rajoy y de su entorno. Ayer se acabó el mutismo del líder del PP, que habló, aunque no se mojó: "A quién me pregunta -afirmó- le digo que no diga nada y no se meta en líos", recomendación que su entorno sigue a pies juntillas.

En una conversación informal con periodistas en los pasillos del Congreso, Rajoy habló por primera vez desde que el pasado domingo la presidenta del PP vasco anunciara que abandonaba la ponencia política por diferencias de criterio fundamentales, lo que ha abierto un nuevo frente en la crisis interna del partido. "Estoy bien y con responsabilidad, que es la única forma de actuar en estos momentos. Y punto", afirmó.

Tras informar de que el lunes habló varias veces con la presidenta del PP vasco, Rajoy señaló que no piensa decir "nada inconveniente ni conveniente" y que tiene la vista puesta en el XVI Congreso que el PP celebrará en Valencia del 20 al 22 de junio y en "intentar ganarlo".

Acerca de la estrategia del Partido Popular, ha apuntado que ésta "no se cuenta, sino que se hace" y, preguntado sobre si dará alguna pista más sobre el que será su nuevo equipo a partir de junio, indicó que es un asunto que aún está pendiente.

Además, el presidente del PP confirmó que mañana no acudirá al acto que iba a celebrar en Vitoria junto a María San Gil, ya que ésta tiene un viaje previsto en esas fechas y explicó que han quedado en hablar más adelante para fijar otra fecha.

A todo esto, ayer se presentó la polémica ponencia política con la silla de San Gil vacía. Sus dos compañeros en la preparación del texto, Alicia Sánchez Camacho y José Manuel Soria, se encargaron de enfatizar que la redacción final de éste recoge la aportación "íntegra" de San Gil y está "consensuada al cien por cien" con ella.

Por ello, ambos dirigentes populares reconocieron "no estar en condiciones" de explicar la ausencia de su compañera.

Pese a que la ponencia política recoge íntegramente las durísimas críticas de María San Gil hacia el PNV y pese a que Génova multiplicó el lunes sus esfuerzos para tratar de que la dirigente vasca recapacitara, Alicia Sánchez Camacho y José Manuel Soria se vieron en la tesitura de escenificar el desencuentro en la ponencia clave de cara al congreso del PP.

Fuentes del PP aseguraron que el domingo por la tarde Sánchez Camacho conversó con San Gil para constatar el acuerdo final pero la popular catalana fue incapaz de explicar que ocurrió para que horas más tarde su compañera hiciera público su plante con el insólito comunicado.

Tanto Sánchez Camacho como Soria, a quién algún sector del PP atribuye parte de la responsabilidad en lo sucedido en las últimas horas por su presunta falta de mano izquierda, coincidieron en sumarse al coro de elogios a San Gil y rechazaron que ésta y Mariano Rajoy discrepen de la idea de lo que debe ser el PP y España y de la relación de los populares con los nacionalistas. "María San Gil es y seguirá siendo una referencia moral para todo el partido", enfatizó Soria, que, no obstante, matizó que "habría que preguntale por que no está aquí". "Todos apoyamos a María San Gil, todos en el PP compartimos la misma idea de España y los principios y valores que vienen a reiterarse en este documento", subrayó la senadora catalana, que negó que la discrepancia de San Gil se deba a injerencias externas de algunos miembros del entorno de Mariano Rajoy, entre ellos José María Lassalle. A una conversación de éste con la presidenta del PP vasca algunos atribuyen la nueva excusa de San Gil: sus reflexiones han sido incorporadas pero luego no serán aplicadas.

De hecho, la ponencia recoge que el PNV no colabora en la derrota de ETA y mantiene una postura "obstruccionista", una actitud que contribuye al debilitamiento de la Nación española y que ha contagiado al resto de nacionalismos, que han intensificado un "proceso disgregador".

El portavoz del PNV en el Congreso, Josu Erkoreka, mostró ayer su "sorpresa" por el portazo de San Gil porque, a su juicio, las alusiones a los nacionalistas vascos "parecen de su puño y letra".

La portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, siguió la recomendación de Rajoy y rehusó ayer opinar sobre la decisión de San Gil y se limitó a recordar que todos los compromisarios que participarán en el congreso podrán realizar sus aportaciones.

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