Las estrategias de dominio que Podemos e IU quieren ejercer el uno sobre el otro es un escollo determinante para que ambas formaciones lleguen a ese punto de acuerdo electoral, que, tras la reunión del pasado jueves entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón, se ve cada vez más lejano.

Fuentes cercanas a ese encuentro explicaron a Efe que el pulso entre las dos organizaciones está generando "tensión" en las filas de ambos y, por tanto, rechazo a un posible pacto de unidad popular, en el que Garzón lleva empeñado casi un año, desde que fue proclamado candidato, ante la aparente indiferencia de Podemos cuando no la descalificación.

Además, dentro de "ambas casas", señalaron las fuentes, hay "enemigos" que presionan a Iglesias y a Garzón para que esa alianza electoral no se produzca, sobre todo después del fracaso de la experiencia de Catalunya Sí que es Pot, que con la suma de Podemos quedó 11 once escaños, dos menos que en las autonómicas de 2012 cuando concurrieron solos ICV y EUiA.

A las dos formaciones les queda un mes para tratar de alcanzar un acuerdo para ir de la mano a las elecciones generales o, por contra, cada una continuará su camino, ya que aparece en el horizonte la fecha del 6 de noviembre como límite legal para registrar coaliciones.