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España

PSOE y PSC siguen en el diván

  • La comisión negociadora apuesta por "actualizar" las relaciones

  • La amenaza de dejar a los socialistas catalanes al margen de la elección del futuro secretario general sigue presente

Elena Valenciano, Mario Jiménez y Francisco Fuentes, por el PSOE, frente a Antonio Balmón, Salvador Illa y Meritxel Batet, por el PSC, ayer en Ferraz.

Elena Valenciano, Mario Jiménez y Francisco Fuentes, por el PSOE, frente a Antonio Balmón, Salvador Illa y Meritxel Batet, por el PSC, ayer en Ferraz. / Víctor Lerena / Efe

Ferraz sigue intentando curar las heridas que desencadenó la desobediencia del PSC al mandato de la gestora de levantar el muro contra la investidura de Mariano Rajoy, un proceso que parece tan lento como seguro aunque, de momento, la espada de damocles sigue sobre los socialistas catalanes, que podrían verse hasta privados de votar en las primarias de las que emergerá un nuevo secretario general.

Con agujas e hilo fino se estrenó ayer la comisión de diálogo entre ambas partes, una primera reunión en la que acordaron emprender una "actualización política y orgánica" de sus relaciones, con el objetivo de "consolidarlas", al tiempo que constataron la vigencia de la Declaración de Granada sobre el modelo territorial.

Fue la conclusión que expresaron, tras casi dos horas de reunión, el secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, y el portavoz de la gestora del PSOE, Mario Jiménez, que comparecieron por separado, pero con el mismo discurso. También asistieron a la reunión Elena Valenciano y Francisco Fuentes (por el PSOE) y Antonio Balmón y Meritxel Batet (en representación de los socialistas catalanes).

Empeñados en ver la botella medida llena, los dos portavoces de las respectivas delegaciones hicieron hincapié en que lo más significativo fue la coincidencia en que PSOE y PSC quieren seguir "caminando juntos" y en que eso no solo es bueno para el proyecto socialista, sino también para Cataluña y España. También subrayaron que primero abordarán sus discrepancias políticas y después pasarán a la parte orgánica, es decir, a la reforma del "protocolo de unidad" de 1968.

Illa aseguró que había sido una reunión "muy franca" y "muy positiva", en la que las partes sellaron el horizonte temporal de dos meses para sacar conclusiones, mientras que Jiménez ponía énfasis en el "muy buen tono" del encuentro.

Esta comisión fue creada el pasado 14 de noviembre para abordar, por un lado, las diferencias de interpretación de ambas fuerzas sobre el modelo territorial, y por otro, para revisar su relación orgánica tras la decisión de los catalanes de desobedecer la resolución del Comité Federal que les obligaba a abstenerse en la investidura de Rajoy.

Este último capítulo es el más delicado y el que ofrece una perspectiva de la botella medio vacía. El PSC cree que la "amenaza" de que sus militantes no participen en la elección del próximo congreso del PSOE está "aparcada", aunque en el PSOE no descartan que éste sea uno de los cambios orgánicos que estudie la comisión negociadora. En este sentido, Illa dijo, al ser preguntado en la rueda de presa sobre el mensaje que le había transmitido el PSOE, que no se les expulsará de sus órganos. "Mi opinión es que no hay amenaza", señaló, para después subrayar que al PSC le gustaría "participar" en las primarias y así lo van a defender.

Después, el portavoz de la gestora confirmaba que el PSOE no tiene una decisión tomada sobre este asunto. "No quiero anticipar ninguna posición, hay que ser muy respetuoso con el proceso de diálogo que abrimos", respondió Jiménez, que subrayó que el PSOE sigue pensando que la relación entre ambas organizaciones es "asimétrica" y que, dado que son dos partidos "autónomos, que tienen sus propias normas y esquemas de funcionamiento", consideran que "lo razonable" es "buscar esa simetría".

Y si alguien tiene confianza en que todo volverá a la normalidad tras la terapia bilateral y el paso por el diván es la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que aseguró ayer que tiene "confianza total" en la comisión negociadora creada por el PSOE y el PSC para revisar sus relaciones y que apoyará lo que "decidan en esa mesa".

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