El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, calificó de "radical" la manifestación que se celebró este fin de semana de apoyo al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón y pidió al Gobierno que "deje de atacar" al Tribunal Supremo (TS) con sus declaraciones. A su entender, esa marcha tenía como objetivo "coaccionar y limitar la capacidad de decisión" del alto tribunal. Ante el ambiente de crispación que se respira entre los dos principales partidos, el ex ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla animó a los ciudadanos a enviar "masivamente" mensajes a las webs oficiales de PSOE y PP con el texto: "Si no detenéis la confrontación permanente, no os votaremos".

Mientras, el PP continúa acusando al Ejecutivo de intentar ocultar la crisis económica con "declaraciones altisonantes" y con "polémicas" que, a su juicio, nada tienen que ver con las preocupaciones de los ciudadanos. "El Gobierno de España está más cerca de las minorías radicales que de los ciudadanos españoles", enfatizó González Pons en referencia a la defensa socialista hacia la investigación de los crímenes de la Guerra Civil y el franquismo.

Una cuestión sobre la que Sevilla criticó a ambos partidos al considerar que "siempre" están buscando "culpables antes que soluciones", manera según la cual, el ex diputado aseguró que favorecen volver "otra vez a las dos Españas".

No obstante, González Pons demandó "máximo respeto" para el Supremo porque forma parte, según dijo, de las instituciones "neutrales" de la democracia que no hay que "politizar" ni "atacar". "Cuando desde el Gobierno, como está haciendo Zapatero y sus ministros, se ataca a instituciones neutrales como el TS, se causa un daño en la democracia que tarda tiempo en cicatrizar", recalcó.

Para el diputado popular el Gobierno "debería intentar que todos estuviéramos más cerca en esta época de crisis" y aseveró que "no es un momento de separatistas o de separadores", recalcando la necesidad de un Gobierno que sume y no que reste o divida.

Respecto a si todos los que acudieron a la marcha del sábado en favor de Garzón eran radicales, González Pons dijo: "No conozco a todos los que fueron pero sí puedo afirmar que fue una manifestación radical. De moderada, no tuvo nada". Y agregó que la Constitución establece una monarquía parlamentaria y manifestarse con proclamas y banderas que pidan un cambio de sistema de Estado "es plantear las cosas desde la radicalidad".

También se le planteó si partidos fascistas como Falange deberías ser ilegales y señaló que esa decisión corresponde a la Justicia. "A mi no me gusta que haya partidos fascistas pero lo tolero porque creo que en mi condición de demócrata está en tolerar la extrema derecha o izquierda", concluyó.

En relación con las víctimas del franquismo, Sevilla consideró que si hubieran sido otras "desde hace tiempo", quizá Garzón no habría sentido la necesidad de intervenir y se habría ahorrado "este espectáculo circense que coloca a España otra vez ante los medios internacionales como el país de pandereta que fue".

En su opinión, las manifestaciones en la calle son "legítimas en democracia, "pero las cosas se cambian en el parlamento con propuestas, leyes y normas eficaces". De ahí que llame a la ciudadanía a enviar "masivamente” mensajes a socialistas y populares para que pongan fin a "la confrontación como método electoral" bajo la amenaza de no votarles. "Que al menos, por nosotros, ciudadanos demócratas, mayoría abrumadora del país, no quede", finalizó.

A pesar de todo, el ex diputado socialista comparte, con distinto matiz que los populares, la idea de luchar por "reforzar los que nos une en lugar de reforzar lo que nos separa" y puso como ejemplo al presidente de Estados Unidos, Barack Obama.