España

El PP 'castiga' a Griñán al no votarlo como senador autonómico

  • Hasta ahora, PP, PSOE e IU respaldaban al unísono las propuestas de los enviados a la Cámara Alta. IU impide que Martínez Aguayo forme parte de la Mesa del Parlamento.

José Antonio Griñán, ex presidente de la Junta, fue elegido ayer senador por designación autonómica, aunque en su despedida recibió el castigo del PP ya que, en contra de la costumbre, sus parlamentarios no le votaron. El resultado del escrutinio del Parlamento andaluz da cuenta de ello: Mar Moreno, ex consejera de Educación, obtuvo 103 votos como senadora; Mario Jiménez, 101, y el ex presidente, 55. La costumbre no escrita es que todos los partidos respaldan las propuestas de senadores, ya que el reparto de los nueve que se eligen en Andalucía corresponden a la proporcionalidad de las fuerzas en el Parlamento. "Yo voté a Javier Arenas", señaló Mario Jiménez, vicesecretario general del PSOE, tras conocer la postura de los populares. De este modo, Griñán, que ha sido presidente andaluz durante cuatro años, se va con este simbólico castigo de los populares, ya que a las propuestas de senador sólo se puede votar a favor o con una abstención. Un solo voto lo convertiría en senador.

Para defenderse, el PP recordó que hubo una vez, el 14 de diciembre de 2011, en que los socialistas no votaron su propuesta para formar la Mesa del Parlamento, no apoyaron a las parlamentarias Patricia del Pozo y Teresa Ruiz-Sillero como vicepresidenta segunda del Parlamento y secretaria de la Mesa, respectivamente. No se trataba de una votación al Senado, pero la elección de la Mesa también se consensúa.

Al pleno no asistieron ni la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que fue recibida por el Rey por la tarde, ni dos parlamentarios de IU: Marina Segura y Juan Manuel Sánchez Gordillo. Sin embargo, el alcalde de Marinaleda sí llegó al Parlamento minutos después de la votación. Del recuento, cabe deducir que un parlamentario más de IU tampoco votó a Griñán. El PP criticó que Díaz no asistiese a la votación, que se produjo poco después de las 10:30 de la mañana, al entender que le daba tiempo porque el Rey la recibió pasada las 19:00 horas.

El ex presidente de la Junta también presentará en los próximos días su renuncia al Parlamento andaluz, posiblemente, después de tomar posesión de su escaño como senador. Este cargo conlleva que Griñán pasará a estar aforado por la Cámara Alta, por lo que un posible enjuiciamiento debería realizarse en el Tribunal Supremo. No obstante, si hubiese seguido en la Cámara andaluza, también estaría aforado por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, y si la juez Mercedes Alaya, tal como ha anunciado, termina por solicitar el procesamiento de los diputados nacionales Manuel Chaves y José Antonio Viera por el caso de los ERE, se hubiera producido un efecto arrastre de todos los aforados procesados hacia el Supremo.

El reciente auto de Mercedes Alaya en el que anuncia la imputación de Griñán, Chaves y cinco ex consejeros marcó la sesión del Parlamento. IU se ha negado a votar a la ex consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, como miembro de la Mesa del Parlamento. Así lo indicaron a este medio fuentes de IU, aunque el PSOE sostiene que ayer no era el momento de esta elección porque aún no ha dimitido Amalia Rodríguez, cuyo hueco iba a ocupar la ex consejera.

El portavoz de IU, José Antonio Castro, aseguró que no le importaba el señalamiento de Alaya sobre Griñán. Si éste, finalmente, es "imputado de verdad", vino a decir Castro, solicitarán su dimisión como senador, del mismo modo que "si Arenas lo es por el caso Bárcenas". Para el presidente del PP, Juan Ignacio Zoido, sin embargo, la elección de Griñán es una huida, porque, a su juicio, nunca ha tenido vocación de senador y lo hace es buscar el refugio del Tribunal Supremo en caso de ser finalmente procesado por el caso de los ERE. A Griñán, esto le parece una "mezquindad", y mantiene que se merece senador por ser secretario general del PSOE, presidente federal y ex presidente de la Junta. Lo que sí es habitual es que, una vez que el presidente dimite, no se quede en la Cámara ocupando un escaño junto a su sucesor, en este caso Susana Díaz. Y es que tanto al saliente como a la entrante le hubiera resultado muy incómodo que el PP interpelase a uno con referencias al otro.

Un ejemplo de ello fue lo sucedido durante el debate de investidura de Susana Díaz. Griñán, que aún era presidente de la Junta, no estuvo durante las intervenciones y, de este modo, evitó que las críticas que Zoido le realizó tuvieran que ser contestadas, en su presencia, por Susana Díaz.

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