El Gobierno vasco de Patxi López ha hecho "algunas gestiones" para que la disidente de ETA Carmen Gisasola participe en el Congreso sobre Memoria y Convivencia que se celebrará entre el 14 y el 20 de mayo en Bilbao, y que supondrá uno de los actos centrales del Año de las culturas por la paz y la libertad.

Así lo confirmó ayer en rueda de prensa el consejero de Interior vasco, Rodolfo Ares, quien explicó que se han realizado "algunas gestiones", que "todavía no han culminado", para poder contar en este foro con Gisasola, ex jefa de los comandos de ETA, quien se ha desvinculado de la banda terrorista y que se encuentra recluida en la cárcel de Nanclares de Oca (Álava).

Por ello, todavía no se sabe, según dijo el consejero vasco, si se podrá "contar con su presencia o no", al tiempo que aseguró que existe también "alguna gestión pendiente para poder incorporar alguna otra víctima más" a las ya confirmadas.

Sin embargo, el presidente del PP del País Vasco, Antonio Basagoiti, aseguró ayer que está "descartada" la presencia de la disidente de ETA en el Congreso sobre Memoria y Convivencia porque el Ministerio del Interior "no va a dar su plácet".

Basagoiti recalcó durante una rueda de prensa en Bilbao que la presencia de Gisasola está "descartada" porque Interior "no secunda" que participe en el citado congreso. "No va a venir", insistió el presidente de los populares vascos. "Una cosa -añadió- es que (Gisasola) rompa con la banda y que sea crítica, y otra que demos por buena y ejemplarizante en un congreso a una persona que hasta antes de ayer ha sido una sanguinaria".

Ese congreso tiene previsto contar con los testimonios de Iñaki García Arrizabalaga, hijo de Juan Manuel García Cordero, delegado de Telefónica de San Sebastián asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas en 1980; Joaquín Vidal, funcionario de prisiones que sufrió en 1991 la explosión de un paquete bomba de ETA, y de Carmen Hernández, viuda del edil del PP de Durango Jesús María Pedrosa, asesinado en 2000.

Carmen Gisasola, Lourdes, fue jefa de los comandos de ETA antes de su detención en 1990 y desde hace cuatro años simboliza la llamada vía Nanclares, tras romper con la banda terrorista. Nació en Markina (Vizcaya) el 16 de febrero de 1958 y fue la tercera mujer en la historia de la organización terrorista en acceder a la cúpula etarra, tras Yoyes y Elena Beloki.

La Justicia francesa la condenó el 11 de marzo de 1994 a 10 años de prisión por asociación de malhechores, tenencia ilícita de armas, estancia irregular en territorio francés y empleo de documentación falsa, pena que cumplió en Rennes. Fue extraditada a España el 1 de marzo de 2001 para ser juzgada por siete causas pendientes en la Audiencia Nacional. Finalmente, fue condenada por tres asesinatos.

Fue expulsada de ETA en agosto de 1998 al apoyar un manifiesto de José Luis Álvarez Santacristina, Txelis, a favor de que la banda declarara una tregua. Diez años después, el 16 de septiembre de 2008, se hizo pública una carta firmada por ella junto a otro destacado ex dirigente etarra, José Luis Urrusolo, en la que se desvinculaban del Movimiento de Presos Vascos y criticaban la estrategia de ETA y de Batasuna.