España

El etarra Lasarte pide perdón a los guardias civiles contra los que atentó en 1995

  • Varios históricos de ETA acogidos a la 'vía Nanclares' han denunciado la "manipulación" de la izquierda abertzale con los reclusos de la banda.

El disidente etarra Valentín Lasarte ha pedido perdón a los guardia civiles que sufrieron el atentado contra la Casa Cuartel del Instituto Armado en Arnedo (La Rioja) el 17 de agosto de 1995, cuya autoría se atribuye al comando Donosti de ETA del que él formaba parte en aquel momento.

"Lamento el daño que causé en su día a los agentes y a sus familiares", dice Lasarte en una carta manuscrita dirigida al sargento del cuartel de la Guardia Civil de Lodosa (Navarra), donde se encuentran destinados varios agentes de la Benemérita que fueron víctimas del atentado de Arnedo. El mismo lugar al que el disidente etarra acudió a firmar durante el permiso penitenciario que le concedió la Audiencia Nacional el pasado mes de mayo. En una misiva escrita a primeros de junio, que publica el diario El País, Lasarte explica que conoció por la prensa que había "algún agente" en el cuartel de Lodosa que prestó servicio en el de Arnedo en el momento del atentado en el que admite haber participado. "Evidentemente, yo desconocía totalmente esta situación. Supongo que si ya de por sí a ustedes no les será de agrado el hecho de que yo tenga que ir a firmar al cuartel, esta circunstancia ahondará más esta situación", admite Lasarte en la carta, en la que recuerda además que se le ha obligado a firmar en el citado cuartel sin que se le haya dado "la opción de hacerlo en otro sitio". El disidente etarra recuerda asimismo en la misiva que ya pidió perdón a "todas" las víctimas de los actos que cometió durante su militancia en la banda terrorista, entre ellos también a los agentes de la Guardia Civil del atentado de Arnedo, en el que se produjeron 40 heridos y numerosos daños materiales. "Si usted lo ve bien, correcto y posible", pide Lasarte al sargento de Lodosa, "me gustaría que transmitiera de mi parte a estos agentes que lamento el daño que les causé en su día a ellos y a sus familiares".

Valentín Lasarte se encuentra a la espera de la concesión definitiva de un segundo permiso penitenciario para salir varios días de prisión. Este beneficio se encuentra paralizado después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional recurriese la decisión de la Audiencia Nacional que aprobó su salida. Recientemente, el juez de vigilancia penitenciaria José Luis Castro solicitó a la Junta de Tratamiento de la cárcel alavesa de Zaballa una serie de datos a la espera de decidir sobre el recurso del Ministerio Público. Uno de los datos que solicitaba era saber si tanto la cárcel como Lasarte sabían que en el municipio navarro de Lodosa en el que había disfrutado este permiso anterior hay destinados varios guardias civiles que fueron víctimas de uno de sus atentados durante su etapa de militante en ETA. Tanto la Junta de Tratamiento como el histórico etarra aseguraron no tener conocimiento de este hecho y Lasarte incluso remitió un escrito al juez indicando que no tenía inconveniente en disfrutar su permiso penitenciario en otro lugar, según han confirmado fuentes jurídicas.

 

"Más adelante ya volvería a Lodosa si es posible o las circunstancias lo permiten", señala al respecto en la misiva.  Valentín Lasarte fue expulsado hace años de la organización criminal y de su colectivo de presos y se integró en la denominada vía Nanclares a la que se acogen los presos que han roto con la disciplina etarra y su pasado terrorista a cambio de cumplir condena en cárceles del País Vasco y acceder a beneficios penitenciarios.

Asimismo, otros dos históricos, Joseba Urrusolo y Rafael Caride, han denunciado la "manipulación" de la izquierda abertzale con los reclusos de la banda terrorista y han afirmado que "no ha hecho nada para que los presos vuelvan a casa, sólo dejar pasar el tiempo".

En una carta titulada ¿Muros populares o ayudar a que los presos vuelvan a casa? que publican los diarios del grupo Noticias, Urrusolo y Caride, dos de los abanderados de pequeño grupo de reclusos de la banda que ha rechazado la violencia, consideran que la izquierda abertzale se ha "plegado" al sector "que se empecinó en seguir con la lucha armada hasta que no pudieron más". Los firmantes de la carta creen que este sector ha conseguido "colocar" como portavoz de Sortu a "una de las comisarios políticas" que controlaba a los presos, en alusión a la abogada Amaia Izko, que ejerce como portavoz de esa formación. A su juicio, esta fracción está "impidiendo que el final de ETA, que ellos mismos gestionaron de la peor manera posible pueda afrontarse de una manera más sensata".

Para Urrusolo y Caride esta postura responde a que los presos "suponen un capital político para la izquierda abertzale", ya que "aportan la mayor capacidad de movilización" y constituyen su "principal factor para mantener la cohesión de las distintas responsabilidades que la componen".

Consideran que esta situación se les hace "muy llevadera" a los dirigente de la izquierda abertzale, "como muy llevadera se les hacía la actividad de ETA", hasta que "les tocó entrar en la cárcel con una perspectiva de una larga condena". "Solo entonces se decidieron a plantear en serio el fin de la actividad de ETA", concluyen los reclusos que emplazan a Arnaldo Otegi a "dar pasos" para desbloquear el tema de los presos.

Los reclusos, que en 2010 firmaron junto a otros 6 históricos de ETA una carta en la que plantearon la necesidad de "reconocer y reparar" los daños causados a las víctimas del terrorismo, se preguntan "cómo se puede seguir sin asumir" que lo que ETA hizo con Miguel Ángel Blanco "fue una barbaridad tan grande como la que hicieron con Lasa y Zabala".

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