España

Garzón dicta prisión para los piratas detenidos por el secuestro del 'Alakrana'

  • El juez, que ha ordenado su traslado urgente a España, les acusa de un delito de asociación ilícita, 36 de detención ilegal, robo con violencia y uso de armas.

El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dictó este lunes el ingreso en prisión incondicional de los dos piratas detenidos frente a las costas de Somalia por el secuestro del atunero vizcaíno Alakrana y ordenó que ambos sean trasladados a España de forma "urgente". En el auto, Garzón acusa a los dos piratas, que responden a las identidades de Abdu Willy y Raagegeesey, de un delito de asociación ilícita, 36 de detención ilegal, robo con violencia y uso de armas. 

El magistrado responde, de esta forma, a la petición formulada por la Fiscalía, que justificó la competencia de la Audiencia Nacional argumentando que el arresto de los piratas se produjo "fuera de la zona de seguridad" de la Operación Atalanta y, por tanto, "al margen de las previsiones operativas y legales" acordadas por la Unión Europea y Kenia. "MÁS DE 72 HORAS"

En su escrito, el juez señala que los hechos investigados son "de suma gravedad" y que la medida adoptada es "la única coherente, lógica e indispensable que procede para asegurar no sólo a las personas, sino el objeto de la causa". En este sentido, destaca que la orden de ingreso en prisión se dicta "con el único fin de cubrir las más de 72 horas que, previsiblemente van a transcurrir y que sería el plazo legal de detención para legalizar (...) la situación de los mismos". 

Garzón también ordena al Ministerio de Defensa que emita "las órdenes oportunas a fin de que los detenidos sean trasladados de forma urgente a España" después de ser informados de "sus derechos constitucionales" y conocer que se encuentran "presos a disposición" de la Audiencia Nacional. 

También pide a este departamento que traslade a la Comisaría General de Información "todos y cada uno de los elementos, datos, documentos, material y cualesquiera otros aspectos relacionados con los hechos", así como la identidad y situación de las víctimas y de los presuntos responsables del secuestro. Además, solicita que se adopten las "medidas precisas para garantizar el cuidado y salud" del pirata que resultó herido durante su captura. 

El juez detalla que la Comisaría General de Información asumirá la investigación "en todas sus fases y extensión, en coordinación con las Fuerzas Armadas que se hallan en el escenario de operaciones". En este sentido, insta a sus responsables a desplazarse al lugar de los hechos, "si fuera necesario", para confeccionar los atestados, informes y declaraciones que resulten "relevantes" para la investigación.

Garzón justifica su competencia a partir de la Convención de Ginebra sobre Alta Mar de 1958 y el Convenio de Montego Bay de 1982. La detención en la zona de seguridad de la 'Operación Atalanta' haría a este caso diferente del de los 14 piratas somalíes que fueron arrestados en mayo pasado por el buque 'Marqués de la Ensenada' cuando intentaban asaltar un barco con bandera panameña. El juez Fernando Andreu dictó inicialmente su ingreso en prisión aunque, tras un recurso de la Fiscalía y la Abogacía del Estado, rectificó y aceptó la entrega a Kenia en virtud de los citados convenios.

Garzón, que instruye esta causa en sustitución del titular del Juzgado Central de Instrucción número 1, Santiago Pedraz, relata con detalle en su auto las circunstancias del "secuestro y apresamiento" del Alakrana, que se produjo el pasado 2 de octubre, cuando "un número indeterminado de personas armadas" abordó el pesquero en aguas internacionales del Océano Índico. 

Después de que el atunero iniciara rumbo hacia las costas somalíes, con 36 miembros de la tripulación a bordo -16 de ellos españoles-, un avión de patrulla marítima española comprobó el pasado día 3 que "del referido carguero faltaba un esquife, un motor fuera borda y una escala". Cuando se localizó esta embarcación, se comprobó que en su interior estaban "dos miembros del grupo secuestrador" que pudieron ser detenidos después de que las Fuerzas Armadas efectuaran "fuego de intimidación, disparando varias ráfagas de ametralladora de 12,7 milímetros". 

Posteriormente, dos embarcaciones neumáticas enviadas desde la fragata 'Canarias' con equipos de asalto a bordo "se aproximaron hasta el esquife" tras recibir por parte de un helicóptero de apoyo la información de que los dos ocupantes "se hallaban tumbados y cubiertos con una manta en la zona de popa". "Cuando se hallaron a unos cinco metros del esquife, se ordenó a los ocupantes que se incorporaran y se trasladaran a proa, sin resultado positivo", detalla el auto.

En vista de la "renuencia a obedecer las órdenes", el jefe del equipo de asalto "decidió proceder al abordaje del esquife", momento en el cual "una de las personas se levantó brusca y repentinamente iniciando un movimiento sospechoso con la mano, por lo que miembros de las fuerzas asaltantes hicieron dos disparos de intimidación, constatándose después que uno de ellos había impactado en los ocupantes del esquife". 

El impacto le produjo, según continúa el relato de Garzón, "una herida de bala con orificio de entrada y salida a la altura del pecho, de carácter superficial y sin afectar a ningún órgano vital, según el equipo médico que le examinó en la fragata".

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