El aspirante a la Secretaría de Podemos en la Comunidad de Madrid, Ramón Espinar, aseguró ayer que estos días "ha pasado miedo" tras la polémica generada en torno a la compraventa de un piso entre 2010 y 2011 y reconoció que su candidatura a las primarias "estaba muerta hace una semana y la han levantado" los militantes.

"Yo he pasado miedo esta semana. Claro que tenemos miedo. Seríamos idiotas si no tuviéramos miedo. La clave no es que tengamos miedo, sino que seamos capaces de que no nos gobierne el miedo porque cuando vengan los poderosos estamos con vosotros y vosotras detrás. Esta candidatura estaba muerta hace una semana y la habéis levantado vosotros. Muchas gracias", dijo ayer ante un centenar de simpatizantes en el acto de fin de campaña de su candidatura.

El también portavoz de Podemos en el Senado ha estado acompañado por los diputados autonómicos Lorena Ruiz-Huerta, Isabel Serra y María Espinosa, el secretario de Podemos en la capital, Jesús Montero, y el politólogo Juan Carlos Monedero, que pidió a sus compañeros en una intervención anterior que "no tengan miedo", lo que provocó la respuesta de Espinar.

El candidato a liderar Podemos en la Comunidad señaló que ellos "no tienen ningún aparato de comunicación ni de poder" y que a pesar de ello la gente "ha levantado un proyecto que merece la pena". "No somos héroes ni heroínas. La clave es que seamos tantos y fuertes, que tengamos tanto apoyo que cuando vengan los poderosos a por nosotros, nos podrán vencer uno a uno, pero no a un pueblo cansado de que gobiernen siempre los mismos al servicio siempre de los mismos", dijo.

Las primarias para elegir al nuevo líder de Podemos en la Comunidad de Madrid finalizaron ayer. Unos 20.000 inscritos han votado por Espinar, considerado próximo a Pablo Iglesias, o por la portavoz municipal, Rita Maestre, cercana a Íñigo Errejón, quienes pugnan por ser los secretarios generales en una votación que comenzó el sábado en medio de la polémica por los supuestos beneficios de Espinar en la venta de una vivienda pública que adquirió cuando tenía 23 años.

Las dos candidaturas remarcan la elevada participación en un proceso que la lista de Espinar ve "muy empatado" mientras que su rival lo afronta con el "optimismo del trabajo bien hecho".