José Antonio Ruiz-Berdejo Sigurtà

Jurista, empresario y cónsul honorario de Bélgica

Érase una vez un Principado

Un día como ayer, hace 300 años, el emperador Karl VI de Austria constituía el Principado Imperial de Liechtenstein sobre los territorios de Schellenberg y Vaduz que casi un siglo más tarde se convertiría en Estado soberano y miembro de la Confederación del Rin

La familia principesca es una de las familias aristocráticas más antiguas del mundo cuyos orígenes se remontan al siglo XII y ha sabido mantener su independencia y la soberanía de su país sorteando todo tipo de dificultades en el tiempo, a pesar de estar en el centro geopolítico de Europa.

Muy activos en la política del Imperio sobre todo en los siglos XVI y XVII, los Liechtenstein jugaron un rol decisivo para sofocar la rebelión de Bohemia en 1620.

En tiempos modernos la familia supo mantener el absolutismo a pesar de las revoluciones de la primera mitad del XIX, dotándose posteriormente de una Constitución.

El Principado logró salvaguardar su neutralidad en ambos conflictos bélicos mundiales del siglo XX, pero tras el primero fue objeto de sanciones a causa de su acuerdo aduanero con Austria, que acabó siendo abrogado y sustituido por otro con Suiza que sigue en vigor.

Mención especial merece la pasión por el mecenazgo siempre presente en la familia principesca que hoy posee una de las colecciones de arte privadas más importantes del mundo, parte de la cual se puede visitar en los palacios Liechtenstein de Viena.

Trasladando su residencia a Vaduz sólo en 1938, reinando Franz Josef II, los príncipes de Liechtenstein han sabido adaptarse a los tiempos y contribuir con su liderazgo a transformar lo que fue un Estado agrícola y pobre en la realidad actual.

Hoy, el Principado, bajo el reinado de Hans Adam II, decimoquinto soberano y el primero en haber crecido en Liechtenstein y con las competencias de gobierno delegadas en el Príncipe Heredero Alois, es un verdadero ejemplo contemporáneo de eficiencia y dinamismo.

El sexto país más pequeño de mundo con solo 160 kilómetros cuadrados de suelo patrio es una Monarquía Constitucional Parlamentaria con un gobierno de solo 5 ministros y un parlamento de 25 miembros cuyo Estado no financia a la Casa Principesca, que se mantiene gracias a su fuerte espíritu empresarial, ni tiene déficit o deuda alguna.

Los 38.000 ciudadanos producen el PIB per cápita más alto del mundo a través de una intensa y dinámica red de pymes en crecimiento constante, especialmente focalizadas en la industria y los servicios financieros que lo convierten en el país con mayor densidad empresarial del planeta (una empresa cada 8 habitantes)

Rodeado por Austria y Suiza, sin aeropuerto ni puerto marítimo, Liechtenstein ha logrado ser uno de los países más industrializados del mundo con una balanza comercial positiva y tasas de paro insignificantes que le llevan a emplear a 25.000 personas de otras nacionalidades.

Sin Ejército desde 1868 y sin moneda propia, el pequeño país alpino ha sabido hacerse respetar y mantiene un alto perfil internacional, siendo miembro de la ONU, el Espacio Económico Europeo, el EFTA, la Organización Mundial del Comercio y la OCDE.

Parece que a veces los cuentos se hacen realidad.

¡Feliz cumpleaños y enhorabuena Liechtenstein!

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