El PSOE ha mudado de liderazgo pero el rechazo a facilitar la investidura de Mariano Rajoy todavía sigue en pie. Ésta es la postura de los socialistas andaluces apenas 48 horas después del dramático Comité Federal del pasado sábado. En sus primeras declaraciones desde la dimisión de Pedro Sánchez como líder del PSOE, Susana Díaz se mostró esquiva y volvió a tirar del lacónico y socorrido "ahora no toca hablar de eso". A renglón seguido, aclaró que ella estará "donde quieran los militantes", al ser preguntada sobre una posible candidatura suya a las primarias. 

Los guiños a la militancia no quedaron ahí. "Nadie puede poner en cuestión" que son ellos quienes inclinarán la balanza en uno u otro sentido y dirán "quienes quieren que se haga cargo de este partido". La líder de los socialistas andaluces destacó que esta es precisamente la "fortaleza" de una formación con 137 años de historia. 

La secretaria general del PSOE-A pidió que se "deje actuar" a la comisión gestora constituida tras la dimisión de Pedro Sánchez, aunque la líder andaluza insistió en que "no ha cambiado" su posición frente a una eventual investidura de Mariano Rajoy, en alusión a su rechazo a que el partido intente liderar un gobierno alternativo con sólo 85 diputados. 

También reconoció sin tapujos que los últimos días han sido de "profunda tristeza" por la cascada de acontecimientos que precedieron a la renuncia de Sánchez. La presidenta no ocultó su impacto en el seno del socialismo, más aun por radiarse las interioridades del Comité Federal debido a los audios que salieron a la luz pública y que retratan la profunda división interna que ahora mismo sacude al partido. "He hablado con muchos compañeros y todos, sin ninguna excepción, lo están pasando mal y este partido no se merecía pasarlo tan mal", afirmó. La secretaria general del PSOE-A reclamó a todos "arrimar el hombro" para volver a ganar la confianza de la ciudadanía. 

Susana Díaz no quiso pronunciarse sobre la hipótesis de si el PP forzará unas terceras elecciones aprovechando la coyuntura política y el cisma creado en el seno socialista para aspirar a una mayoría más amplia. Aunque evitó entrar en ese debate, sí acusó al presidente del Gobierno en funciones de no hacer más que "cálculos personales", haciendo gala de una "indolencia que como a él le iba bien, le ha dado igual que a España le fuera mal". 

Para el PSOE andaluz, la negativa a Rajoy fue acordada por el Comité Federal y ese pronunciamiento sigue vigente mientras que no sea debatido y modificado en otro Comité. "La posición del no es la del Comité Federal. Y a día de hoy, el PSOE-A está con el no a Rajoy", recalcó ayer su secretario de Organización, Juan Cornejo, que recordó que en su momento esa decisión fue refrendada por el Comité Director del PSOE-A con una sola abstención. 

Además, el número dos del PSOE andaluz incidió en que "la Comisión Gestora no tiene competencias" para modificar por sí misma un pronunciamiento del Comité Federal ya que a efectos orgánicos sus funciones son similares a los de una Ejecutiva. Cornejo agregó que el partido tampoco quiere terceras elecciones. No obstante, trató de romper esta paradoja del rechazo simultáneo a la abstención y a los comicios apuntando que "no se debe mirar únicamente" al Partido Socialista. "Hoy no hay un gobierno alternativo porque Podemos no lo facilitó. Y el Partido Popular está pensando que unas terceras elecciones le vendrían bien", criticó.

Desde el PSOE andaluz se admite que toda la formación sufrió con los acontecimientos del pasado sábado, al no haber sabido responder a los retos de "ser útiles a España y tener un partido fuerte y cohesionado". Sin embargo, su secretario de Organización reiteró que en ningún momento se deliberó sobre la abstención en la investidura de Rajoy ya que ese no era el objetivo del Comité Federal. "Lo que se debatió el sábado no era abstención sí o no, sino si era el momento del Congreso Extraordinario o no. A eso nos convocó la anterior Ejecutiva", subrayó Cornejo, que agregó que "si se hubieran aplicado a rajatabla las reglas del juego, todo habría sido mucho más fácil". El secretario de Organización del PSOE andaluz justificó su rechazo al Congreso Federal señalando que implicaría "estar dos meses hablando de nosotros mismos, cuando en realidad lo importante es la situación de España".