Crónica personal

Condiciones y exigencias

ES complicado analizar qué pasa cuando se dan por hechas cosas que no pasan. En los últimos días, desde el PSOE se ha llamado de todo, menos bonito, a los dirigentes del PP por "poner condiciones" a su abstención, por presentar exigencias a su posible abstención. Acusan a Rajoy de intentar que no haya investidura y optar por elecciones, sabedores de que los sondeos indican que los resultados serían favorables al PP, mientras que sería castigado un PSOE profundamente dañado por la gestión de Pedro Sánchez.

Los periodistas no han escuchado a un solo miembro relevante del PP las palabras condición o exigencia, aunque sí su preocupación por que los socialistas se nieguen a aceptar alguna propuesta que venga de Rajoy si éste consigue mantenerse en el Ejecutivo. Y mencionaban la imposibilidad de gobernar si no había acuerdo para aprobar los Presupuestos, el Plan de Estabilidad o algunos decretos que exige Bruselas.

Esos periodistas advirtieron que la preocupación del PP creció cuando el martes la oposición presentó varias iniciativas en el Congreso para echar por tierra leyes del actual Gobierno en funciones, iniciativas que tuvieron el respaldo de toda la Cámara, incluidos los diputados de Ciudadanos. Aun así, las palabras condiciones y exigencias no se oían excepto en boca de los socialistas.

Finalmente, el propio Rajoy ha salido a escena para decir que su intención es hablar con Javier Fernández cuando sea posible para hablar de la investidura porque es necesario tratar asuntos que deben ser aprobados para conseguir un Gobierno estable. La respuesta del socialista ha sido la lógica: hablará, pero la estabilidad se la tiene que ganar día a día.

Estas declaraciones deben acallar las especulaciones que no tienen más objeto que enredar unas relaciones ya enredadas y que, quienes tienen sentido común en el PSOE y el PP, quieren que se serenen para que los dos partidos empiecen a trabajar para sacar a España del atolladero.

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