El hasta ahora coordinador federal de IU, Cayo Lara, se ha despedido del cargo con una defensa clara de la coalición con Podemos, pues hace más viable que nunca la alternativa al PP, pero también con reservas sobre el encaje en las listas electorales de Alberto Garzón. En el tramo final de un emotivo discurso, que es como ha empezado la XI Asamblea Federal de IU en Madrid, Lara ha reiterado lo que dijo el viernes en una rueda de prensa, es decir, que su sustituto, Alberto Garzón, "ha sido, es y será" su candidato a la Presidencia del Gobierno.

Pero ha aportado un matiz, dirigido directamente a su relevo al frente de IU: "Me va a costar votar en estas elecciones, pero votaré el día 26 como si fueras tú quien encabezara la lista de Madrid, porque aunque vayas de cinco, sigues siendo mi candidato". También ha pedido respeto a las diferentes identidades que formen dicha coalición, en concreto a las señas de identidad de IU, que son "el rojo y el verde", la apuesta por la República, la adhesión al feminismo y el no a la OTAN. Lo ha pedido expresamente porque si su paso como coordinador de IU se ha caracterizado por algo, es por este respeto a sensibilidades diferentes, como demostró el grupo parlamentario de La Izquierda Plural que formaron IU, ICV y CHA en la legislatura 2011-2015 sin fricciones por el camino.

Sin embargo, más allá de estas referencias veladas, ya que durante su intervención en ningún momento ha citado explícitamente a Podemos, Cayo Lara ha mostrado una defensa clara de la coalición de su organización con el partido de Pablo Iglesias, pues representa la antesala de lo que ha llamado "una necesidad democrática": apartar al PP del Gobierno. Las opciones de desbancar a las siglas de Mariano Rajoy, contra el que ha arremetido con dureza por haber "sembrado España de corrupción" y haber minado los derechos de la clase trabajadora, son ahora más reales que nunca, ha manifestado, así que no cabe "el lujo" de una nueva frustración. Se ha cumplido, a su juicio, una condición esencial para que se asiente en el Parlamento y en el Ejecutivo una mayoría de izquierdas, y es la forja de una alianza social y sindical antes de la alianza política.

De hecho, los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez e Ignacio Fernández Toxo, han corroborado el compromiso por fomentar la máxima movilización posible para que el 26-J sea la primera estación de una nueva etapa, de la recuperación de los derechos perdidos, tal y como han recalcado.

Para Lara, se ha cumplido, en definitiva, lo que venían reclamando diferentes actores sociales y culturales: la unidad de la izquierda. El dirigente de IU tampoco ha citado al PSOE (de hecho siempre ha hablado de "mayoría de izquierdas"), pues ha primado el objetivo: apear al PP de las instituciones para poner fin al fraude fiscal, combatir la violencia machista, recuperar los servicios públicos, restaurar los derechos de los trabajadores y atajar la corrupción.

Pero, dado el momento, Lara ha mirado atrás para analizar su gestión, incluso para retroceder un poco más y asegurar que la historia de IU ha cruzado "más desiertos que oasis". Y pese a todo, la organización se ha mantenido en pie por la fortaleza de su militancia, por su ideología, por ese "sentir los colores" que ha permitido cumplir una máxima del Che Guevara, según ha recordado: "Sin organización, no hay transformación posible". IU se ha colocado frente al futuro, en su opinión, con sus militantes como arma principal, como bastión, porque han sabido y saben "decir no a los intentos de corrupción" y "dar la cara en las huelgas y en los barrios", animando a más compromiso. Según ha declarado Lara, han sido los militantes los que han permitido resistir a todos esos instantes de "tirar la toalla". Asimismo, se ha considerado "coordinador de todos", buscador de consensos y aglutinante de las minorías, y se ha definido por haber promovido la "fraternidad" incluso con los que expresaban la discrepancia con mayor vehemencia.

Sus palabras en el auditorio de la sede de UGT en Madrid han emocionado a los asistentes, sobre todo cuando ha elogiado el apoyo de su compañera, con la que se ha abrazado en un paréntesis del discurso, y cuando se ha dirigido a Josefina, la viuda de Marcelino Camacho. La intervención de Lara pone punto final a una etapa de casi ocho años, así que cede el testigo a Alberto Garzón y a su equipo, ganadores absolutos de la consulta a la militancia de hace una semana al recabar casi un 75 por ciento de los apoyos.

La nueva IU de Garzón, tal y como recoge la propuesta de estatutos, cambiará los nombres de los órganos de la dirección, y sobre todo, dará más poder a los militantes por cuanto decidirán también los candidatos o candidatas de los procesos electorales. La corriente crítica IU Sí con más fuerza ha reprobado el procedimiento de debate de los estatutos, por lo que han pedido una discusión sobre ellos en seis meses.