España

Ángel Carromero, ¿la nueva bandera del anticastrismo?

  • El PP madrileño ve en el político de Nuevas Generaciones del PP, que podría salir en régimen se semilibertad de la cárcel de Segovia, un nuevo bastión en la lucha contra Fidel Castro.

El caso de Ángel Carromero amaga con convertirse en bandera del anticastrismo de un ala del Partido  Popular (PP) de Mariano Rajoy.  Todo indica que el joven político del PP saldrá pronto en régimen de semilibertad de la prisión de Segovia, en la que ingresó al llegar  a España desde Cuba para cumplir el resto de la condena por la muerte  de los disidentes Oswaldo Payá y Harold Cepero.  Y para cuando lo haga, la ex presidenta de la Comunidad de Madrid  y líder de la formación en Madrid, Esperanza Aguirre, ha calentado  motores, advirtiendo de que Carromero hará "nuevas revelaciones"  sobre el caso. El gobierno de Rajoy, entretanto, guarda silencio. Poco después de que el dirigente de Nuevas Generaciones, las  juventudes del PP, llegara el sábado pasado a España, Aguirre acusó a  Cuba de haberlo sometido a "tortura" y pidió una investigación  internacional sobre la muerte de Payá, detrás de la que la familia  del disidente fallecido sitúa al gobierno de Raúl Castro, hablando de  un segundo vehículo que habría provocado el accidente en el murieron  Payá y Cepero en julio. 

Carromero, de 27 años, conducía el automóvil. En octubre fue  condenado en Cuba a cuatro años de cárcel por homicidio imprudente  por haber conducido a gran velocidad. Ahora espera que las  autoridades penitenciarias españolas le concedan el tercer grado, que  le permitirá cumplir el resto de la condena, hasta julio de 2016,  durmiendo solo en prisión o incluso alejado de ella, vigilado  telemáticamente.  "Ángel Carromero no es un delincuente según la ley española",  sostiene Aguirre. "Otra cosa es que hayamos tenido que aceptar una  sentencia para que haya podido venir a España". Con el político en  España, el silencio en el PP sobre el caso se ha acabado. 

La formación -muy crítica con el régimen cubano, sobre todo cuando  estaba en la oposición y el socialista José Luis Rodríguez Zapatero  abogaba por un acercamiento con La Habana- se mantuvo callada desde  que Carromero fue detenido y hasta que llegó a España. El gobierno de  Rajoy así lo impuso mientras la Justicia cubana dirimía el caso y  luego Madrid y La Habana negociaban con gran discreción el regreso  del joven a España. Aguirre, que desde su poder en la Comunidad de Madrid se ha  enfrentado a Rajoy en varias ocasiones, cumplió como todos, aunque  dejó claro por qué callaba. "No quiero hablar ni decir nada que pueda  ser utilizado en contra de Carromero", dijo. 

Ahora, con Carromero ya en España, miembros del PP con Aguirre a  la cabeza defienden que el gobierno de Rajoy y ellos mismos tuvieron  que comulgar con ruedas de molino para lograr el regreso del joven.  "Yo no reconozco justicia ninguna en la isla de Cuba, que es una  tiranía", dice Aguirre. El vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, se  alinea con esa idea. "Ésta es una solución que había que obtener por  vía diplomática, no por vía ideológica. Por vía ideológica tendríamos  un mártir en una cárcel cubana y por vía diplomática lo tenemos en  España", dijo. 

El PP ha sido siempre muy activo en sus críticas a Cuba. De hecho  fue el gobierno de José María Aznar el que impulsó en la Unión  Europea (UE) la llamada "posición común" frente a la isla, que  condiciona una mejora en las relaciones con la isla a cambios en  materia de democracia y derechos humanos. Durante todo el proceso de  Carromero, sin embargo, el partido de Rajoy y el propio Ejecutivo  evitaron cualquier tipo de crítica a Cuba. 

Hace poco, la UE acordó iniciar trámites para negociar un acuerdo  de cooperación con Cuba, un principio de normalización de las  relaciones entre el bloque y la isla, según analistas. El Ejecutivo  de Rajoy ha avalado esa apertura, pero no ha dado detalles al  respecto y aunque la desvinculó de la suerte de Carromero, que aún se  encontraba en Cuba, analistas apuntan la coincidencia temporal. Carromero "ha sido la mejor baza de La Habana para apaciguar la  tradicional beligerancia del PP hacia el régimen cubano y lograr que  la UE inicie las negociaciones para suscribir un acuerdo de  cooperación con el régimen castrista", sostenía hace pocos días en un  editorial el diario "El País", de izquierdas. 

Desde el PP, estos días se ha subrayado que el traslado de  Carromero a España se logró sin conceder contraprestaciones a La  Habana. Llevar a Carromero a España fue un "éxito diplomático", se  consiguió "sin dar nada a cambio, sin ceder en la posición ni de  España ni de la UE con respecto al régimen castrista", dijo Floriano.  El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, explicará  pronto en el Congreso de los Diputados el traslado de Carromero a  España. Habrá que esperar a ver qué dice, pero parece improbable que  vaya a avalar públicamente tesis como la que Esperanza Aguirre  defiende desde que el dirigente de Nuevas Generaciones llegó a  España. Y habrá que esperar también a las palabras de Carromero  prometidas por Aguirre cuando salga de la cárcel. 

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