Carlos Pérez Wilson es director de la Unidad de Enriquecimiento Matemático y Unidad de investigación en matemática escolar de la Universidad de Concepción. De formación matemático, tiene estudios de máster y doctorado en Matemática Aplicada. Ha colaborado en la revisión de estándares disciplinares para la formación de profesores, presidido el comité de área para la selección proyectos en educación conjunta con Finlandia, y en la confección de las pruebas de competencia pedagógica inicial Inicia para futuros profesores chilenos.

-Las matemáticas son un rollo, aquí y en Chile. 

-Aquí y en Chile, de donde soy, donde trabajo, tenemos asociaciones negativas con las matemáticas porque evocamos tareas complejas de nuestra infancia en el aula. E incluso como padres aducimos motivos hereditarios, lo que es ridículo: a mi chico no se le dan bien las matemáticas porque yo tampoco era muy bueno con ellas. Eso no tiene sentido. El número es algo cotidiano, en la vida vas a tener problemas... todo es matemática. Las matemáticas son una técnica de resolución de problemas, la vida es cálculo. Usted calcula para cruzar una calle. La mente es matemática y hay que entrenarla. 

-Lo cierto es que a los chicos, aquí y en Chile, no les gustan las matemáticas.  

-Quizá porque deberíamos plantearnos otra forma de enseñarlas. A los chicos no les gusta que les expliquen cómo se juega al fútbol, sino jugar al fútbol. Una vez que están jugando les puedes decir pues mira, esto lo puedes hacer mejor de esta manera o de esta otra. A las matemáticas les pasa algo parecido.

-Bueno, pero los matemáticos son gente rarita.

-Hay una serie que no puedo soportar y mira que es muy divertida. Es Big Bang Theory. Reproduce todos los estereotipos de lo que la gente piensa que son los matemáticos o los científicos. No creo que tu profesión condicione tu forma de ser. Los matemáticos somos gente muy normal o, por lo menos, hay de todo, gente muy normal y gente no tan normal. Como en cualquier profesión, como en cualquier país. 

-Cuando hablamos de países con malos resultados educativos, en realidad, estamos hablando de matemáticas.

-No sé si es así. Lo que sí sabemos es que las matemáticas ayudan a pensar y pensar vale para todas las disciplinas. Por ejemplo, relajarse es una actitud muy matemática. Lo cierto es que si no hay buenos resultados en matemáticas, no suele haberlos en otras disciplinas. 

-Viene de Chile y visita colegios andaluces. ¿Qué le impacta?  

-El ambiente escolar en Chile es más formal. El maestro es una figura de autoridad. Socialmente, es una figura desacreditada, pero dentro del aula goza de poder, un poder que infunde más temor que respeto. Orden y silencio. En España es más distendido.

-Aquí se critica la falta de autoridad del maestro.  

-Como en todo, supongo que en un término medio está la virtud.

-El maestro aquí tiene la ventaja de que, sean cuales sean sus resultados, es un funcionario. Tiene trabajo de por vida.  

-En Chile el director del centro tiene todo el poder. Si quiere despedir a un profesor lo hace. Hay una gran desigualdad entre los centros públicos, los concertados y los privados. Y la evaluación y la preparación tiene una recompensa económica, lo que no garantiza la vocación. Como aquí, la carrera de Magisterio es la que menos nota necesita, con la diferencia de que la Universidad en Chile es muy cara, no todo el mundo puede permitírsela.

-¿Existe un debate en Chile como el que existe en España sobre el modelo educativo? Nuestros resultados aquí, como sabrá, no son buenos.

-En Chile tampoco. Se ha invertido mucho dinero porque había cierta obsesión con ello. Primero hablaron de que era un problema de infraestructuras, luego que los profesores estaban mal pagados... Existe una idea de que alguien está haciendo algo en alguna parte que nosotros no tenemos. Es como una búsqueda del Santo Grial. Para la enseñanza matemática, que es el talón de Aquiles de cualquier modelo educativo, importamos el modelo japonés, el de las barritas de Singapur, el finlandés de los problemas de resolución abierta. Pero luego no se implementa, sino que se extraen fotografías de lo que se hace en otros sitios que tienen buenos resultados y se impostan en nuestros modelos, pero sin cambiar realmente ese modelo. La enseñanza de matemáticas en Chile es muy catedrática y hay resistencia a cambiarla. 

-Y ahora vienen a por el sistema de ABN de enseñanza matemática que nació en Andalucía y que se extiende por todo el país.

-Es un sistema interesante porque es abierto, con varias posibilidades para llegar a una solución. El soporte de las cuentas, donde sólo hay una manera  de obtener un resultado, no invita a la cooperación, al diálogo. Las cosas son como son y ya está. El ABN permite la reflexión. Lo cierto es que el ABN da resultados y es lo que hay que medir. 

-Ya que lo ha mencionado, ¿existe o no existe el Santo Grial educativo?

-Hay unos modelos que funcionan mejor que otros. Hablábamos de Finlandia, donde muchos piensan que está ese Santo Grial. Los políticos buscan ese Santo Grial y los chilenos se han dicho hagamos lo que hacen en Finlandia. Y fueron  muchos políticos, aunque no muchos profesores, que eran los que tenían que aplicar el funcionamiento de la escuela. Allí, en Finlandia, están acometiendo una reforma educativa. Y  la gente se pregunta que cómo es eso, con lo bien que funciona allí todo. Quizá lo hacen porque no hay que esperar a que las cosas funcionen mal para acometer cambios y quizá porque los finlandeses piensen que no todo funciona tan bien como nosotros pensamos.