León lasa. escritor y letrado de la junta de andalucía

"50.000 turistas al año se cargarán la Antártida"

  • El sevillano ha publicado recientemente 'Viaje a la Antártida', su cuarto libro

 -¿Ha viajado a la Antártida para contar que lo que más le gusta es Soria?

-Cuando íbamos al norte, pasábamos mucho por Soria. Covaleda, Vinuesa, Salduero. Había un hotel muy bueno que cerró por la crisis donde hacía la pretemporada el Athletic.

-Fue a la Antártida con su hijo. ¿Con qué edad?

-Con 16 años.

-¿Qué hacía con 16 años?

-Yo jugaba en los juveniles del Betis. De libre. Un imitador malo de Beckenbauer. Un zurdo elegante.

-Una buena definición de ser de izquierdas.

-Elegante y un poco flojo. Eso decían.

-¿Por qué le dedica el libro a su padre?

-Mi espíritu viajero nace cuando él empieza su diáspora de entrenador de fútbol. Hasta los catorce años conocí seis o siete colegios, viví en seis o siete provincias. Sabía lo que era una mudanza. Logroño, Orense, Ceuta, Cáceres.

-Un viaje con noruegos y filipinos...

-Noruegos, en primera clase, y filipinos, en segunda. Lo de los noruegos tiene su lógica. Es un país volcado históricamente al mar, que busca caladeros para sus pescadores. Los balleneros noruegos que ayudan a Shackelton, para mí el más intrépido de todos los viajeros, crearon en el Polo una ciudad con su cinematógrafo, su lavandería, su iglesia, su cantina.

-¿Scott o Admunsen?

-Scott es una figura agrandada por la mitología británica, pero fue un auténtico chapuzas. Admunsen pasó de romanticismo y delicadeza, pero no perdió un solo hombre. No tenía la estética de la tragedia, el manque pierda de Scott, que se fueron muriendo uno a uno. Le salva la nota a su mujer. "No fui un buen marido, espero convertirme en un buen recuerdo".

-¿Encontró ecos de los gurkas nepalíes?

-Algunos cuchillos hay en el museo de las Malvinas. Los malvinenses son unos pastores semianalfabetos que tienen un sentimiento no digo antiargentino, sino antihispano.

-El tercer centenario del Tratado de Utrecht coincide con los británicos ganando Wimbledon, el Tour y el bisnieto de la reina...

-Les toca a ellos. Nosotros hemos pecado de soberbia, de mirarnos el ombligo y póngame dos.

-¿Habrá adelantado Griñán su retirada por el naufragio del San Telmo?

-No lo creo, pero quién sabe. Fue una gran injusticia. Esos marineros fueron los primeros que llegaron a la Antártida, pero no regresaron y la historiografía británica se encargó de anular cualquier vestigio. Unos investigadores de Cádiz están intentando reconstruir aquella gesta.

-¿Iría Maradona a la isla Goicoechea?

-No creo que a Maradona lo dejen entrar en las Malvinas.

-Menos Un pingüino en mi ascensor, los ha catalogado a todos...

-Es un paisaje deslumbrante.

-¿Cómo lleva ese barbecho de letrado de la Junta y viajero?

-Bastante bien. Para viajar no es tan necesario moverse como moverse interiormente. Unos buenos libros, imaginación, un mapa, un whisky de malta. Huyo de los aeropuertos, sobre todo de mayo a octubre. Y sé que no volveré a ir a Praga en mi vida. 

-Alejandro Sanz reinició su gira en Almería después de visitar el Ártico...

-Me echo la mano a la cartera cada vez que oigo palabras como ecologismo, tolerancia o sostenibilidad. Me gustaría saber la cantidad de CO2 que ha producido Alejandro Sanz en ese viaje para hacerse ochenta fotos en el Ártico.

-¿Los problemas vienen de no saber estar uno consigo mismo en la habitación (Pascal)?

-Abro el libro con esa cita. Me cuesta menos trabajo un viaje de tres meses por Canadá que un fin de semana en Matalascañas.

-Está en la directiva del Betis. El equipo en Europa, usted en la Antártida y Mel en Egipto (en su segunda novela)...

-Es entretenida. Espero que llegue a ser tan buen escritor como entrenador.

-Siempre va a sitios fríos.

-Es verdad, en los cuatro libros que he publicado viajo a la Patagonia, a la costa irlandesa con Yeats y Joyce en el morral, a Noruega y Laponia y el último a la Antártida. Ir a África y Asia es algo que no me seduce.

-¿Para viajar o escribir?

-Para ninguna de las dos cosas. Seguramente hay que tener mucho estómago para viajar por esos países y no sentirte culpable de muchas cosas: la miseria, la brecha entre los mundos. Quizás peque de cobarde o de hipócrita, pero viviendo en Sevilla prefiero buscar el frío y las tempestades de acero.

-El frío es el aliado de los rusos, se lee en Miguel Strogoff...

-Es un viaje que me gustaría hacer, a Siberia en el Transiberiano a partir del libro de Colin Thubron. Si hago un quinto libro, podía ser ése. O cruzar Canadá en tren de costa a costa.

-¿Qué viajes tiene previstos en agosto?

-A Soria, como todos los años. Y el día 18 al Bernabéu a ver el Madrid-Betis. Espero que se cumpla la profecía de Mel, que dice que nunca ha perdido como entrenador con el Betis en el primer partido. 

-¿Se vuelve otro de un viaje como el suyo?

-De lo que te das cuenta es de la fugacidad del tiempo y de la inmensa banalidad de la mayoría de nuestras preocupaciones. Decía Séneca que la muerte no nos convoca según el censo y ahí estamos en el primer mundo preocupados con el cambio de aceite o la ITV.

-Basta con oír las conversaciones en el móvil...

-Yo viajo sin móvil y sin ordenador. Ésta es la primera vez que me he llevado el ordenador.

-¿El turismo acabará con la Antártida?

-Cincuenta mil turistas al año son muchos turistas. La crisis económica moderó las cifras, pero en un futuro no muy lejano, la Antártida se puede convertir en una segunda Budapest. 

-Decía Brenan que había que organizar una segunda guerra civil contra los turistas...

-Es una de las grandes plagas del siglo XXI. La democratización de todos los privilegios terminará arruinando esos privilegios. Todo el mundo no puede viajar a la Antártida o nos la terminaremos cargando.

-Su padre era un viajero distinto...

-Llevaba el viaje en los genes. Al Beasaín, el equipo de su localidad, muy cerca de Andoain, donde nació Esnaola, le llamaban el equipo vagonero, porque allí estaba la CAF (Construcciones Auxiliares de Ferrocarril), todos los vagones de España se hacían allí. Alguien lo vio y con 17 años fichó por el Málaga y debutó a esa edad en Primera. Con 23 vino al Betis. Retirándose, llegó Quino, uno de los mejores delanteros centros que he visto en mi vida. Mi padre logró un ascenso heroico frente al Granada. La misma fecha, 17 de junio, en la que iba a morir. 

-Magallanes, Cook y Torres. La gloria de los Estrechos...

-Y el Pasaje Drake, junto a la Tierra de Fuego.

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