ildefonso marqués perales. sociólogo

"Si se rompe la movilidad social, el capitalismo se resquebraja"

-¿Por qué la sociología provoca cierto miedo?

-Porque se la vincula con la filosofía, pero yo abogo por una vertiente más divulgativa. La idea es que la movilidad social entre en la agenda política, como una propuesta de los partidos socialdemócratas, pero me temo que eso no va a pasar.

-Hace una división cuatro movimientos políticos en función de su postura sobre movilidad social. ¿Se corresponde con los partidos del tablero español?

-Claro. El PP sería el partido conservador; Ciudadanos, el liberal; Podemos, el comunista; y el PSOE, la socialdemocracia. O debería.

-¿Ya no lo es?

-Desde que José María Maravall perdió influencia no hay debate ideológico en el PSOE. Hay debates periféricos, pero no son importantes para la política y la teoría socialdemócrata.

-¿Qué partidos llevan ahora la movilidad social en su discurso?

-Ciudadanos tiene una postura a favor de la movilidad, donde la meritocracia es muy importante. Defienden que el individuo, independientemente de su origen, puede llegar donde sea. Ese discurso se lo han robado a los socialistas.

-¿La política determina la movilidad social de un país?

-Principalmente la determinan los factores económicos, pero también institucionales. La pobreza tiene efectos muy negativos, así como la segmentación educacional temprana o las políticas de mantenimiento de la población agrícola. En el otro lado se encuentran la creación de becas y la existencia de un sector tecnológico potente que requiera trabajadores cualificados.

-El cambio de modelo productivo, ¿es una quimera?

-Para hacerlo se necesita una planificación a largo plazo. Dejar de apostar por el turismo y la construcción, que son sectores productivos a corto plazo, que crean mucho empleo, pero lo destruyen al mismo ritmo. Sin embargo, PP y PSOE no han querido y seguimos en una economía de aluvión, salvo honrosas excepciones.

-Suena muy pesimista.

-Para solucionarlo, sería necesario que todos los partidos estuvieran de acuerdo y que supieran hacia dónde quieren ir. Muchas veces no lo saben porque no tienen la competencia suficiente.

-¿Y eso cómo se soluciona?

-Hay que aumentar el nivel de educación de las clases populares. Hay muchísima gente con una formación pésima y es muy difícil ser un país avanzado cuando tenemos indicadores educativos tercermundistas, como la tasa de lectura. Es la diferencia con el resto de Europa. También hay un problema de cultura. En Andalucía la gente está pendiente del Rocío y la Feria y así lo que tenemos es un país de pandereta.

-¿España es una anomalía?

-En movilidad social absoluta, que estudia el porcentaje de personas que cambian de clase social, España se comporta como el resto de países que se industrializaron tarde. La movilidad social relativa estudia la posibilidad que tienen personas de distinto origen de alcanzar una buena posición y ahí estamos muy mal. Somos uno de los países donde el origen del padre influye más en el destino del hijo.

-¿Cual de las dos vertientes es más importante?

-La absoluta es relevante en términos económicos y la relativa, muy similar al concepto de igualdad de oportunidades, influye en la justicia social. Un tipo de derechas diría que la importante es la primera, puesto que todo el mundo mejora; mientras que la postura contraria dice que es más urgente que las distancias entre ricos y pobres se reduzcan.

-¿Cómo resulta la comparación con Estados Unidos?

-Allí no hay buenas cifras de movilidad. Tienen una economía muy potente que no se traduce en movilidad alta, porque son una sociedad muy estratificada. Los norteamericanos piensan que la vida da muchas más oportunidades de las que realmente da, pero los europeos conocen mejor la realidad.

-¿El sueño americano?

-Es una forma de motivación. Si ves que no hay oportunidades, no luchas por algo. Es una alucinación que se monta la gente para motivarse y el estado para mantener el statu quo.

-¿Sigue habiendo clases?

-Nadie niega con argumentos científicos la estratificación social. Casi todas las conductas dependen de la clases sociales y mantener que no existen es diluir un debate que molesta.

-Es un diagnóstico duro.

-Se ve en la sobreeducación, es decir, cuando un licenciado trabaja en una cafetería. Normalmente, entre personas que tienen la misma formación, el de origen social alto trabaja de lo suyo y el menos favorecido se queda en la cafetería.

-¿Es posible que toda la población mejore su posición social?

-Ahora mismo no. Si los hijos de los directivos no descienden, los hijos de obreros no pueden crecer porque no hay sitio y no se crean posiciones nuevas. Todo el mundo no puede mejorar porque existe una jerarquía.

-Entonces es verdad eso de que viviremos peor que nuestros padres.

-Por supuesto. Y eso está quemando el capitalismo. La teoría del derrumbe marxista es ésa. No te importa hacer esfuerzos aunque no recibas recompensas si los frutos los recogen tus hijos. La movilidad social es la válvula de escape del capitalismo y si la rompes, se resquebraja. ¿Por qué la gente vota a Podemos? Porque no va a vivir igual que sus padres. Es una respuesta completamente racional.

-¿Votar a Podemos puede ser la solución?

-Si utilizan la vía de la socialdemocracia, sí. Si opta por el populismo revolucionario chavista o las posturas de Syriza, será un fracaso.

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