Paco fox Realizador

"El precio de entrada al cine sería justo con un IVA justo"

-Es programador de ficción. Gran parte de su trabajo es ver películas hasta la saturación. ¿Ver cine malo es un gesto de disidencia?

-No, no es como un descanso: más bien empezó como un acto de nostalgia. Digamos que la droga blanda entra con las pelis de videoclub que no viste en su tiempo pero te quedaste con las ganas, pelis italianas malas, de baja calidad... Y cuando te acostumbras a eso, empiezas a ver cine profundamente malo. Y le empiezas a coger el gusto. Es entonces cuando has llegado a la heroína y, sí, te destroza la vida. La gente suele ser muy mezquina con las películas, en el sentido de que, en cuanto hay un aspecto que no les convence, ya la destripan. A mí, que he visto las peores pelis de la historia de la humanidad, me conquistas con tres chistes. Pero sí soy mucho menos tolerante con las películas teóricamente buenas, eso es cierto.

-Digamos que el cine cutre tiene la fascinación de lo terrible. Encoge el corazón pensar que alguien, en algún momento, pensó que hacía algo decente.

-Esa es parte de la gracia, la energía que mueve encuentros como la CutreCon, por ejemplo. Hay una que se hace en París y que se llena. Hace un mes, por ejemplo, invitaron al director de una peli canaria de kárate. La gente apreciaba el esfuerzo de hacer algo así en la década de los ochenta y el tío se lo tomaba a broma, era consciente de ello. Saben que no son grandes películas y disfrutan sólo con que la gente las disfrute. Luego, yo diría que hay un tercer tipo de pelis culturetas muy malas, merecedoras de lo peor, pero de las que nadie se atreve a decir la verdad. Nadie se atreve a decir que el emperador va desnudo y tiene la picha pequeña.

-¿Alguna producción basura que haya llegado al mainstream?

-Batman y Robin, por ejemplo. Xanadú, que fue una de las primeras. Esas son las que todo el mundo conoce. Pero la basura de verdad la hace un tipo en su casa, con poco presupuesto y una cámara. Y eso va desde Roger Corman hasta películas gitanas hechas en Logroño con una sola cámara, montadas en las instalaciones de la iglesia evangélica.

-¿Eso existe?

-Absolutamente.

-Acaba de estrenar en Sitges CineBasura: la película. ¿Hago bien preguntando cuál es el argumento o me asustaré?

-Sí, mucha gente piensa que lo que hemos hecho es una peli mala con la estética de los ochenta y de bajo presupuesto. Pero, a nivel de diseño artístico, es muy caro y complicado recrear la estética de una época, y ya está hecho. Decidimos hacer un guión normal: dos comentaristas de cine malo se meten dentro de una peli de serie Z muy famosa y, cuando salen, las constantes del cine malo -fallos de racord, de doblaje, monstruos nefastos...- se han colado en la realidad, y tienen que salvar el mundo tal y como lo conocemos.

-Imagine que no soy friki. ¿Qué me podría convencer para ver Cinebasura?

-No intentamos convencer a un público masivo. Hicimos crowdfunding porque sabemos a lo que vamos ("Sabes a lo que vienes" es el eslogan de la peli). Si alguien la ve y le cae en gracia me parecerá estupendo, pero vamos al público que nos ha financiado.

-¿Qué tal la fórmula del micromecenazgo?

-Tuvimos que sacar un montante de 28.000 euros que menguó en unos 5.000 con el IVA. Y, aun así, hubo que buscar financiación aparte, a pesar de ser una idea barata. Le podías dar de comer a la gente y pagar algún atrezzo, alquiler de material, vestuario... pero no pagar nóminas. Excepto el compositor, aquí nadie ha visto un duro. Y, si no pagas, es muy complicado hacer lo que tú quieres. Pedir cualquier cosa parece la negociación para encontrar nuevo líder en Ferraz. Más que como director y creativo, actúas como pacificador. Y además tienes que hacer que la experiencia sea interesante, enriquecedora... porque encima quien está ahí lo hace por favor personal o para aprender. La solución, claro, sería que existieran más ayudas para que el proceso no sea así. Excepto el compositor norteamericano -que cobró fuera del montante- aquí nadie ha cobrado un duro.

-Defiende el actual precio de entrada a sala.

-El precio de entrada a la sala sería justo con un IVA justo. Si comparas con Inglaterra o Francia, en España ir al cine es barato. En estos países, claro, el nivel de vida es mayor. El cine cuesta hacerlo igual en todas partes, lo que pasa es que aquí los sueldos son una mierda. Tenemos un gobierno que fomenta lo precario y encima fomenta un IVA cultural elevado porque tiene una vendetta personal contra el cine. Así que doble fastidio. Si pones la entrada a cuatro euros, no hay manera de financiar una película. El cine nacional, por ejemplo, no se amortiza ni de coña sólo con el estreno en sala. Si no existieran otras vías de ingreso, sería imposible. Comparar con las ayudas que hay en Francia, por ejemplo, es indecente.

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