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Abelardo Linares. Editor, librero y poeta

"No he notado que se vendan más bibliotecas, no abundan"

  • Premio de la Crítica en 1991 por 'Espejos', el veterano bibliófilo reflexiona sobre el presente y futuro del libro.

-¿Los libros resisten bien ante esta crisis?

-¡Cómo van a resistir bien la crisis si están hechos de papel! Ahora que le vemos las orejas, e incluso la boca abierta, al lobo de la crisis, libreros y editores bien podemos sentirnos como el cerdito del cuento que hizo su casita de pura paja.

-¿Cuántos libros tiene actualmente en el almacén de su librería?

-Debo de tener en los almacenes casi un millón de libros. Pero no sé si alegrarme, porque si los tengo es porque no los he vendido; aunque el alquiler haya que pagarlo todos los meses.

-Compró la biblioteca de Eliseo Torres en Nueva York. ¿Qué destacaría?

-Entre los cientos de miles de libros de la librería de Eliseo Torres había multitud de primeras ediciones de autores españoles y americanos del siglo XX: Borges, Cortázar, Pablo Neruda, Pío Baroja, Max Aub, Juan Ramón Jiménez, Alberti… Encontrarme con todo aquello fue como sentirme en la cueva de Alí Babá pero, dado que eran libros, sin los cuarenta ladrones.

-¿Se ha arrepentido de cerrar su antigua librería?

-En absoluto. El barrio de Santa Cruz, de Sevilla, ha ido dejando de ser un lugar propicio para el libro viejo, aunque siga siendo un buen sitio para tomarse una cerveza o comprar una camiseta con una imitación del toro de Osborne. De lo que sí me arrepiento es de que haya pasado tanto tiempo desde entonces.

-¿El futuro del librero es vender libros por internet?

-Internet ha venido para quedarse. Si yo cambié mi librería en el centro de Sevilla por una nave industrial en las afueras, en 1999, fue precisamente porque pronto me di cuenta de eso. En el libro nuevo el cambio hacia internet va más lento, pero la mayoría de las ventas de libro viejo y antiguo se producen ya en internet, no en las librerías convencionales.

-¿El libro antiguo tiene un público fiel?

-El público fiel, si es público no es del todo fiel, y si es fiel, no es exactamente público, sino otra cosa. Los aficionados al libro viejo, y a las lecturas cuya pauta no está en la moda, a lo que más se parecen es a una sociedad secreta que no tuviese ningún fin concreto, más allá del placer que debiera siempre provocar la lectura.

-¿Se venden ahora más bibliotecas antiguas en busca de dinero?

-Yo no he notado nada. Quizás porque en España no son demasiado corrientes las buenas bibliotecas. Hay, sí, mucha gente que ha comprado en estos 30 o 40 últimos años grandes cantidades de enciclopedias, facsímiles más o menos medievales, colecciones de best sellers encuadernados en guaflex o libros de quiosco. Pero una buena biblioteca es siempre otra cosa .

-Pronto será inaugurada la Feria del Libro Antiguo de Sevilla. ¿Es útil participar?

-Útil es poco. Me encantan las Ferias del Libro Antiguo. Es una ocasión excelente para comprobar, al menos una vez al año, que colegas y lectores seguimos siendo, todos, seres de carne y hueso.

-También es editor. Editar hoy debe ser más difícil.

-Editar hoy en día, en su sentido técnico, es más fácil que nunca antes. Quizá por eso haya tantas editoriales. Lo de verdad difícil es vender libros, por muy buenos que sean, e incluso puede que, en especial, si son buenos.

-¿Cuál es su apuesta actual para editar?

-Dentro de nada saldrán las memorias de Hellen Keller, esa maravillosa mujer que, pese a estar casi separada del mundo, por ciega y sordomuda, inverosímil y milagrosamente, superó todas sus imposibilidades y vivió su vida dando conferencias y escribiendo libros; uno de ellos sobre el intrincado y sutilísimo místico sueco Emanuel Swedenborg. También están a punto de aparecer dos libros del sevillano Manuel Chaves Nogales, A sangre y fuego y La bolchevique enamorada, con bastante material inédito.

-Trapiello dice que A sangre y fuego le ha inspirado para su última novela.

-Soy amigo de Andrés Trapiello y le he dado pistas. A sangre y fuego, de Chaves Nogales, lo compré en Chile en los años 80; en España no se encontraba. En la reedición incluye dos relatos inéditos que publicó la revista cubana Bohemia.

-Renacimiento tiene un gran prestigio como editorial. ¿Cómo se mantiene?

-Su pregunta ya lo dice todo. Si un "gran" o "pequeño" prestigio editorial sirviera para, al menos, vender unos cientos de libros a librerías y bibliotecas sería innecesario el ¿cómo se mantiene? Pues la editorial se mantendría de ese hipotético prestigio. Pero, resumiéndolo mucho, Renacimiento no se mantiene gracias a ningún prestigio, sino al milagro.

-Aunque es partidario del libro en papel, ¿le ve futuro al libro electrónico?

-Le veo muchísimo futuro. Lo que no le veo, lamentablemente, es presente.

-Dejó de editar la revista literaria Renacimiento. ¿Intentará recuperarla?

-Quizás, algún día, pero en internet. Se llamaría Calledelaire.com y sería más un renacimiento que una reencarnación. Por lo que parece, ya ha pasado, irremediablemente, el tiempo de las revistas literarias en papel.

-¿Hacia dónde va la poesía española actual?

-En mi opinión, de Pablo García Baena y Francisco Brines para abajo, hay más de un centenar de poetas españoles de altísima calidad, reconocida o no. Los que me parece que flaquean, últimamente, son los buenos lectores.

-Su último libro como poeta es de 2010. Ahí rompió un largo silencio…

-A la poesía voy sobre todo como lector. Le tengo respeto. No quiero repetirme, que es el principal defecto de algunos poetas. Como editor, he publicado cientos de libros de poesía. Como autor, publico poco, precisamente por mi respeto a la poesía.

-¿Publicará otro libro de poesía pronto?

-No y quizá nunca.

-¿Qué proyectos tiene?

-Muchísimos. El más cercano, una nueva editorial dedicada a la narrativa, Ediciones Ulises. El primer título espero que pueda aparecer el mes próximo.

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