alejandro quiroga. historiador

"El modelo de toque lo inventa Luis en España y no Guardiola en el Barça"

-El preciosismo de La Roja rompió con la tosquedad de La Furia en un curioso maridaje con el Barça.

-El modelo lo inventa Luis Aragonés antes de que Pep Guardiola lo aplique al Barcelona. Pero es cierto que ha habido solapamiento de estilos. También podría decirse que ese perfil surgió con la Holanda de Cruyff y que se fue transmutando hasta llegar al Barça de Guardiola.

-¿Tiene sentido vincular una forma de juego a la idiosincrasia de un país?

-Es absurdo que un equipo que representa a una nación tenga un modo de juego que sea la expresión del carácter nacional. Pero son las narrativas que se construyen a través de los medios de comunicación las que hablan de estos trasfondos. Sí es verdad que a partir de 2008, cuando empieza lo del tiki taka, se dio una proyección muy clara de España como representación de modernidad que ya existía en otros deportes (tenis, ciclismo, baloncesto, balonmano o fútbol a nivel de clubs). Lo de la selección era en cierto modo una excepción.

-La Roja en vez de España. ¿Hay algún complejo soterrado?

-Son nombres intercambiables. El origen de La Roja viene de un periodista italiano que en los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920 habla de le furie rosse. Lo de La Furia lo escribe por primera vez un periodista holandés para describir el juego de España, un equipo de salvajes sin técnica ni calidad. El prejuicio holandés parte del saqueo de Amberes en el siglo XVI. La Roja renace cuando Luis se hace cargo de la selección. No creo que haya detrás ningún tipo de complejo. Hay más problemas a la hora de decir España en el ámbito político que en el deportivo. De hecho, la selección ha ayudado a la normalización de símbolos nacionales, los ha sacado masivamente a la calle en lo que los sociólogos llaman resignificación, porque ya no tienen una carga política tan importante. La Roja ha cohesionado. Mientras se gana funciona y funciona bien; y habrá que ver lo que pasa ahora.

-Pese a ser hoy estandartes del nacionalismo, Athletic de Bilbao y Barça cuentan con muchos seguidores fuera de sus comunidades autónomas.

-Mucha población emigrante en Vizcaya y Barcelona tomó esos equipos como un camino de integración. Cuando volvían luego a su Andalucía o Murcia natal, llevaban esas camisetas a casa y fundaban peñas. Desde los 70, al Athletic se le empezó a ver como un equipo obrero, más que nada por la política de fichajes, cantera y restricciones salariales... Por simpatía, empezaron a surgir entonces en toda España peñas del Bilbao.

-¿Y el Barça?

-Ese caso es un poco más complejo porque en los 80 se convirtió en la alternativa al Madrid como símbolo de equipo rico vinculado en muchos casos al centralismo. El Barça tiene muchas capas: la catalanista pero también una abiertamente española, con más peñas fuera de Cataluña que dentro. También tiene la dimensión internacional, con seguidores por todo el mundo. El Athletic conecta más con Vizcaya que con el País Vasco, y es un lazo de integración entre nacionalistas y constitucionalistas.

-Le voy a pedir que desmenuce las identidades más o menos contrapuestas de varios clubes. Sevilla y Betis, ya que estamos en Andalucía.

-El Betis fue el socorro rojo durante la II República, asociado a la clase obrera sevillana, y el Sevilla comparte esos orígenes obreros aunque normalmente esté vinculado a las clases medias y altas. Durante la Transición se intercambian los papeles y llegan luego a una especie de convergencia: Lopera con el Betis, adherido a una derecha bastante dura, donde la tradición obrera desaparece, y un Sevilla con un ex presidente actualmente en la cárcel. Hay más similitudes entre ambos equipos de lo que realmente a la gente le gusta aceptar.

-Madrid y Atleti.

-El Madrid se adaptaba a los regímenes políticos según soplaba el viento: monárquico con Alfonso XIII, abiertamente republicano en la II República y equipo bastante pobre de resultados en los años 40. En los 50 empieza a resurgir. El franquismo adopta al equipo al ver cómo gana copas de Europa. Fue un matrimonio de conveniencia. Bernabéu entró en Cataluña subido a un tanque durante la Guerra Civil, pero se convierte como tantos otros en un demócrata de toda la vida. El caso del Atleti es parecido: gran equipo en los años 40, más ligado al régimen franquista que el Madrid en la etapa fascista del régimen, en los 70-80 alcanza unos tintes más obreristas condicionados por su base social, que es del sur de Madrid, donde domina la clase trabajadora. Al final acaba con figuras abiertamente franquistas como Gil. La tendencia general en el fútbol español es que los equipos acaben en manos de magnates de la construcción vinculados a élites políticas locales, y todos vinculados al sector bancario.

-¿Secunda que se diga fútbol igual a opio de pueblo?

-Me parece un cliché. No he visto en mis años de análisis un plan maestro para atontar desde el fútbol. El franquismo lo utilizó con motivos políticos y ponía partidos los primeros de mayo para que la gente se quedase en casa. El Gobierno de Arias Navarro también lo hizo. Zapatero pasa una reforma laboral (2010) el día en que España debuta en el Mundial contra Suiza. Rajoy se fue el 8 de junio de 2012 en plena crisis del euro después de anunciar el rescate a la banca española. Pero hablar de opio del pueblo suena un poco condescendiente.

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