l En pocas ocasiones se puede sostener algo con más contundencia que ayer para sostener que el juramento del rector de la Universidad de Almería fue "en un marco incomparable". Pedro Molina fue ayer un hombre feliz. Su segundo mandato al frente de la Universidad de Almería no podía tener un mejor comienzo. Junto a su equipo de Gobierno, con sus seres queridos y con el presidente de la Junta de Andalucía como testigo. Cuatro años que comienzan con buen pie.
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