"Sevilla fue base del espionaje en la Primera Guerra Mundial"

El que fue director de Tráfico en el Gobierno de Rajoy presenta su primera novela, inspirada en la Sevilla de 1918

A la trama de suspense se suma el contexto histórico, el de una ciudad a las puertas de la gran transformación de 1929

Gregorio Serrano, en el salón de tapices del Real Alcázar.
Gregorio Serrano, en el salón de tapices del Real Alcázar. / Juan Carlos Muñoz
Diego J. Geniz

25 de octubre 2025 - 06:00

Mañana de un caluroso viernes de octubre. Gregorio Serrano, quien fuera concejal del Ayuntamiento hispalense y director de Tráfico en el Gobierno de Rajoy, nos espera en el Patio de Banderas. El bullicio es la nota común de este enclave histórico. A la larga cola de visitantes del Alcázar se suman los grupos de excursionistas que recorren el barrio de Santa Cruz, algunos en rutas teatralizadas que rayan el esperpento.

Serrano acude con un ejemplar de su primera novela, Los crímenes del Alcázar. Sevilla 1918, una obra histórica que recrea la ciudad previa a la gran transformación con motivo de la Exposición de 1929. A ello se suma un contexto muy peculiar, el fin de la Primera Guerra Mundial y la gran mortandad que causó la gripe española.

Este sevillano empezó a escribirla en la pandemia, con un país paralizado. Ahora ve la luz una trama de ficción que enganchará al lector desde la primera página. No se la pierdan.

Pregunta.¿En qué momento se le ocurrió ser escritor?

Respuesta.Eso me pregunté yo cuando me puse delante de la primera pantalla en blanco, que es lo más difícil a la hora de escribir un libro. Coincidió con la pandemia. Me puse a ello cuando ya había ordenado todos los armarios, como el resto de los españoles (risas). Llevaba tiempo pergeñando una novela ambientada en Sevilla, en la ciudad anterior a la Exposición de 1929 que hubo que transformar, como pasó en 1992. En aquel entonces, el 80% de las calles eran terrizas, había graves problemas para la traída de aguas y de saneamiento, las condiciones de vivienda eran lamentables.... Se trataba de la ciudad de España con mayor mortalidad infantil. Toda esa transformación se describe en la novela.

P.¿Y por qué elige el Alcázar?

R.Doble motivo. El primero, sentimental. Cuando todo era más fácil en esta ciudad, los sevillanos llegábamos con nuestro carné a la puerta del Apeadero y entrábamos al palacio. Yo pasé muchas tardes con mis hijas aquí, donde veníamos a jugar a sus jardines. Ahí aprendieron a andar. Y segundo, por tratarse de un monumento de referencia, Patrimonio de la Humanidad. No olvidemos que es el palacio real en uso más antiguo del mundo.

P.¿Echa en falta esos años en los que se podía entrar con facilidad a este monumento?

R.Claro que lo echo en falta. Pero también es verdad que en Sevilla hemos muerto de éxito con el turismo. En la época de la que te hablo no había esta explosión de visitantes. Ahora rigen otras medidas, entre ellas, las de seguridad.

P.Adelánteme algo de la novela. ¿Qué nos vamos a encontrar en sus páginas?

R.Dos cosas. Una trama de intriga y suspense. Comienza con el hallazgo del cadáver de una joven periodista del rotativo más popular de la ciudad, El Liberal, que dirigía José Laguillo. Esto desencadena una investigación para hallar a los culpables. Todo se va complicando. La trama demuestra que la Policía de entonces, que se llamaba Policía gubernativa del Estado, ya utilizaba los primeros métodos de investigación de la Policía Científica, que se había creado pocos años antes, en 1911. Todo ello entreverado con la gripe española, que provocó millones de muertos en el mundo; el final de la Primera Guerra Mundial; y Sevilla, que era una ciudad base de muchísimos servicios de espionaje de los países contendientes en ese conflicto, aunque España fuera un país neutral.

P.¿Cuál fue el papel de Sevilla en el espionaje de la Gran Guerra?

R.Fue fundamental. No olvidemos que aquí teníamos una Fábrica de Artillería, de donde salía munición y cañones para los países en guerra. Los espías se fijaban en qué se fabricaba y para quién. A este contexto se suma otro, el de la propia ciudad. La novela comienza el 5 de enero de 1918, con el estreno de la primera Cabalgata de Reyes. Y termina el 31 de diciembre. Es la excusa perfecta para ver cómo Sevilla celebraba en aquella época la cuaresma, la Semana Santa, la Feria y todas sus fiestas.

P.Detrás existe una ardua labor de documentación histórica...

R.Sí, la ha habido. Es una gran responsabilidad escribir una novela histórica con un trasfondo tan importante. No olvidemos que el lector de hoy día está muy formado. Hay que ser serio en la trama, para hacerla interesante, y luego ser muy riguroso en la documentación. Ha tenido muchas horas de estudio en la biblioteca y, sobre todo, en la hemeroteca municipal, que es donde mejor se puede informar uno de cómo era la ciudad.

P.¿Sus referentes en novela policiaca?

R.Soy un gran admirador de las novelas de Agatha Christie, como referente clásico. Y luego los que existen actualmente, como Frederick Forsythe o John Grisham. Y, sobre todo, autoras españolas como María Dueñas, que escriben obras con trasfondo histórico, las cuales me han servido también de inspiración.

P.¿Ha encontrado más intriga en la ficción literaria o en la política?

R.(Risas). Lo que he encontrado es que casi todo lo que hoy ocurre en la política y en la relación con la prensa, gran protagonista de la novela, no es algo de ahora, sino de siempre. Es una novela que, a pesar de transcurrir en 1918, está de plena actualidad. Esa relación entre la política, la judicatura y los medios de comunicación poco ha cambiado.

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